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jueves, 13 de enero de 2011

Mininos Campeones en La Paz


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Dos gatos salvaron a la diosa escandinava del amor, Freyja, de terminar raptada por Thor. Según la leyenda, los felinos skogkatt vencieron con su velocidad la fuerza del dios vikingo, cuando éste intentó detener el carruaje que transportaba a Freyja. Los míticos gatos dan vida a la raza Norsk skogkatt (bosque de Noruega), que acaba de llegar a Bolivia.

La mayoría de los mininos con pedigrí en el mundo son producto de la intervención humana y responden a parámetros establecidos por asociaciones que definen los estándares de cada raza. Pero en el caso de los gatos Norsk skogkatt, se han respetado sus características naturales, las mismas que los diferencia del resto de las especies que existen de este animal.

“El Norsk skogkatt es un enorme felino cuyos machos pueden llegar a pesar entre 8 y 10 kilos, y las hembras entre 4 y 5 kilogramos. Cuentan con una doble capa de pelo que los protege del agua y de la nieve: largo y denso pelaje en invierno y corto para veranos calurosos. A pesar de su aspecto montaraz, es un gato amable, inteligente y sobre todo equilibrado. Es instintivamente salvaje cuando se desenvuelve libremente en la naturaleza, pero de comportamiento afectuoso y próximo a las personas cuando está en el seno del hogar humano”, explica Sissy Torrico.

La pasión por los animales ha hecho a esta boliviana en una experta en lo que se refiere a los gatos. Torrico recuerda que desde pequeña siempre hizo de su hogar una especie de zoológico, con loros, tortugas, perros, gatos y otros animales.

Hace cinco años, Sissy fue a trabajar en misión diplomática a Suecia, acompañada por sus dos gatos criollos, que fallecieron allí durante su estadía debido a su edad. “Entonces había decidido que nunca más tendría gatos. Estaba triste, compungida, extrañando a mis compañeros de 15 años. Pero, el tiempo va apaciguando el espíritu, y un día empecé a navegar por la web visitando páginas de gatos. Nunca había tenido un gato de raza, siempre opté por los criollos. Pero al leer sobre los Norsk skogkatt, me enamoré de la raza. Son salvajes, pero al mismo tiempo amistosos. Es una raza muy especial, sobre todo para acompañar niños o ancianos. Son dóciles y tranquilos y se adaptan muy bien a vivir en una casa o en un departamento”, asegura Torrico.

En su búsqueda, Sissy se enamoró de Kai, un macho de apenas cuatro meses y cachorro de una pareja Norsk skogkatt, que salieron campeones en eventos de raza internacionales. “Me hice muy amiga de su cuidadora y fue ella quien me sugirió hacerme criadora. Me gustó la idea y comencé a pasar los cursos necesarios para la crianza de gatitos. Torrico adquirió a Kai cuando apenas contaba con cuatro meses. Ella lo presentó a dos concursos suecos de felinos, donde el gato obtuvo en ambos certámenes el premio denominado “Ex1” (Excelente 1), en su categoría.

Una vez que Kai ya era parte de la familia, llegó el momento de buscarle una hembra. Y así llegó Freyja —que obtiene su nombre de la diosa escandinava—, una gata tímida pero ganadora de dos premios “Ex2” (Excelente 2) en su categoría, también en Suecia. “Freyja es la gata más valiente de todos los que tenemos, nada le asusta. En una ocasión apareció en el lugar una mariposa nocturna, algo que nunca habían experimentado; fue ella la primera en explorar”.

La llegada de la hembra develó que Kai es todo un caballero. “Para enamorar a Freyja se toma su tiempo. Realiza bailes, le da besos y caricias, todo hasta que ella le acepte finalmente”, comenta Torrico.

La parentela crece

La familia de Norsk skogkatt de Torrico no ha dejado de crecer. Se han sumado Njörd —el dios nórdico de los océanos y de la tranquilidad— y Amani —que significa paz en swahili—. “Njörd es el macho más grande y el más fuerte, no hay puerta que se le resista. Amani, por el contrario a lo que su nombre refiere, es una traviesa. Destroza todo a su paso por la casa”.
En octubre, Amani tuvo tres cachorritos con Njörd: Ariel, Adaia y Alexia Bitia. Esta última es la más pequeña de la camada. “Controlamos mucho los partos que deben tener las parejas, no más de tres por gata y tiene que haber un lapso de tiempo de un año y medio para que siempre estén sanas”, explica la criadora. Dos de los cachorros son blancos como la nieve y con un ojo de color azul y el otro, café claro.

Estos traviesos felinos ya están a punto de ser dados en adopción. Mientras tanto, aprenden a ser adultos jugando en el ambiente del departamento de Sissy y su socia, Rocío Rico. Mientras, Amani controla a sus pequeños desde la distancia. “Las gatas Bosque de Noruega son las madres perfectas. Se encargan de los cachorros de otras gatas si ellas no pueden hacerse cargo de ellos. Son muy cuidadosas. Amani siempre está pendiente. No sé qué vamos a hacer cuando uno de los gatitos se vaya en adopción”, se lamenta Rico.

Las socias ya han conseguido un “niñero” gratuito. “Recibimos la llamada telefónica de un familiar avisándonos que encontraron en la calle a un gato criollo. Le llamamos Príncipe Dastan y él decidió hacerse cargo de los cachorros desde el primer momento”.
Adoptar a las primeras crías bolivianas de Bosque de Noruega no va a ser un reto fácil. Las pruebas serán difíciles. “Queremos asegurarnos de darles una familia que los vaya a cuidar y que los trate bien. No son gatos para cazar ratones o pajaritos”.

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