Bartolenosis: En ocasiones, los gatos pueden transmitir a través de sus arañazos o mordeduras una enfermedad llamada bartolenosis. Se produce por una infección de la bacteria Bartonella henselae y también se conoce como enfermedad del arañazo de gato. Los síntomas normalmente son fatiga, fiebre o malestar general, además del enrojecimiento o inflamación de la zona afectada. Suele curarse sin tratamiento y no se transmite entre humanos.
Toxoplasmosis: Los gatos también pueden contagiarnos esta enfermedad a través de sus heces. Aunque esta enfermedad no es grave, más allá de ciertos síntomas de dolores de cabeza o musculares, supone un grave riesgo para las mujeres embarazadas, ya que puede transmitirse al feto con consecuencias graves. Por eso, en estos casos es fundamental tomar precauciones a la hora de limpiar los recipientes higiénicos de estos animales.
Campilobacteriosis: Es la enfermedad más común transmitida por las mascotas. Pueden contagiarla desde perros a gatos, roedores, conejos, pájaros, reptiles y anfibios, y lo hacen de nuevo a través de las heces. Normalmente, se supera sin necesidad de un tratamiento específico, pero durante algunos días, si hemos sido contagiados, podemos notar fiebre, dolor abdominal o incluso diarrea.
Sarna sarcóptica: Perros, gatos y otros roedores pueden portar también un tipo de sarna potencialmente contagiosa a los humanos. Esta enfermedad, causada por ácaros, produce surcos en la piel y picor, que puede ser intenso, aunque en las personas la superan sin necesidad de tratamiento en unos días.
Psitacosis: Es una infección que afecta a algunas aves, como loros y periquitos, y que se transmite por los excrementos a través de la bacteria Chlamydophila psittaci: El propio polvo de estas puede causar el contagio al ser inhalado. Produce síntomas como fiebre o dolor de cabeza.
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