Con el señor tuvo una relación de más de siete años, pero por alguna razón tuvieron que separarse y debió reiniciar su vida nuevamente. La tristeza por la que atravesó fue profunda hasta que se dio cuenta que los amores de su vida habían estado ahí siempre: sus gatos Spider y Lugosi.
Fue así que la mujer de 48 años se casó con estos felinos y se fueron de luna de miel a las Islas Canarias. Aunque suene a locura, este compriomiso acaba de cumplir diez años de aniversario.
Barbarella le demostró su fidelidad a sus esposos y se tatuó sus iniciales en su pierna derecha.
"Son los amores de mi vida. No estoy sola, tengo a mis gatos ahora y siempre. Fue amor a primera vista, nunca olvidaré el primer día que los vi", dijo Barbarella, .
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