Buscar

domingo, 22 de febrero de 2015

Cochabamba, un paraíso de loros

La lorita catalina cuyo nombre científico es Brotogeris chiriri, el quechichi (Aratinga acuticaudata) y el tarechi chawiri (Arantiga mitrata) son las tres especies de loros que habitan en los árboles más altos de la plazuela Colón, El Prado y la plaza 14 de Septiembre. Las aves típicas de los valles secos se desplazan en bandadas, vuelan velozmente y opacan a momentos con su canto las bocinas de los autos.

El biólogo y ornitólogo de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS), José Balderrama, explicó que la lorita catalina es la más pequeña. “Tiene una distribución desde la parte del Chaco hacia los valles secos y llega también hasta el Parque Tunari. No son migratorias porque se han reproducido aquí”, precisó. Es de color verde, mide 22 centímetros y es muy alegre.

El loro quechichi, llamado así porque grita mucho, es de color predominantemente verde, pero su pecho suele ser azul en la etapa adulta. Además, tiene anillos blancos alrededor de los ojos. Está presente en Sudamérica desde el mar Caribe hasta la Patagonia argentina. “Son típicos de los valles secos y siempre han habitado aquí. Están desde mucho antes que los humanos”, agregó el biólogo.

Y es que los loros son una clase de vertebrados que se caracteriza por tener el cuerpo recubierto de plumas, un pico ganchudo y alas. Descienden evolutivamente de los dinosaurios. Tienen un vuelo veloz y son animales territoriales.

Los loros tarechi chawiri son los más típicos y numerosos. Son de frente roja y los que mejor se han adaptado al cambio de su hábitat, sostuvo el ornitólogo José Balderrama.

Los loros se alimentan de algunos frutos en las plazas, pero la ciudad es esencialmente un refugio y un sitio de anidamiento. En la mañana se desplazan a otros lugares para comer. “Aprovechan la Colón y El Prado para anidar, pero también están resguardados porque no hay depredadores”, afirmó Balderrama.

Los tres llegan al Tunari. “Es el único lugar donde hay vegetación nativa. En las quebradas hallan taras, ceibos y varios árboles típicos que son útiles para su consumo. El ceibo, por ejemplo, les gusta mucho”, dijo.

Cochabamba tiene casi 30 especies de loros, una cantidad similar a las de La Paz y Beni. En Santa Cruz hay más de 40. “Es realmente increíble que todavía haya hasta en los parquecitos un montón de aves. Para mí son algo espectacular. Muy pocas ciudades tienen loros vistosos en pleno centro. Representan una parte la naturaleza del valle de Cochabamba y también la libertad”, reflexionó el biólogo.

La presencia de los loros en la ciudad es un indicador del equilibrio del ambiente, debido a que algunas especies tienen requerimientos particulares para posarse en árboles altos, frutos grandes y troncos muertos para anidar. En caso de cambios drásticos estos animales desaparecen a largo o corto plazo, según una investigación de José Balderrama sobre loros en Bolivia realizada en 2009 y publicada por el Centro Simón I. Patiño.

No hay comentarios:

Publicar un comentario