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lunes, 2 de febrero de 2015

Entierran canes en el patio de las viviendas



A diferencia de los que arrojan a sus mascotas a los basurales o a los ríos, algunas personas los entierran en su propia casa.

“He tenido a mi perro, Pecos, por nueve años, me lo dieron justo en el Día de la Madre. Con el tiempo se convirtió en un miembro más de la familia. Luego de que murió, lo enterramos en la casa para tenerlo cerca y sabemos que aun muerto nos cuida”, explicó Miriam Valdivia.

En el jardín de la casa de ella, ubicada en la zona de Villa Adela, se puede observar una rosa en vez de una cruz en el lugar donde enterró a su mascota. “Nunca lo olvidamos”.

El secretario municipal de Calidad Ambiental y Mejoramiento Integral de Zonas de esta urbe, David Apaza, dijo que la cercanía de hombres y mujeres con los animales responde a la relación que se tiene con la naturaleza.

“Es natural que se sienta el deseo de tener a alguien muy querido, como un perro, tan cerca después de que murió, pero lo más recomendable es enterrarlo en otro lugar”.

Andrea Mamani, vecina de Cosmos 79, contó que cuatro de sus mascotas están enterradas en su patio. “No los hubiéramos llevado a otro lugar y es verdad que cuidan la casa. Un día salimos todos y los vecinos escuchaban ruidos como si alguien moviera una olla en el patio. Era el plato de Rocky, sé que era él”, subrayó la mujer que ama a los animales que cría.

Lejos de los pozos

Si las personas deciden enterrar a un perro, deben hacerlo a por lo menos 250 metros de un pozo o de cualquier tipo de curso de agua y la fosa deberá tener una profundidad de 1,50 metros, según la Alcaldía.


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