Los investigadores, que estudian el impacto del cambio climático en los pingüinos, muy resistentes al frío, en los últimos 30.000 años, estiman que solo tres grupos de población sobrevivieron al último periodo glacial.
El emperador es el más grande y pesado de todos los pingüinos.
Las condiciones meteorológicas fueron tan severas que el número de animales en el continente blanco llegó a ser siete veces menor que en la actualidad y sólo vivieron en un reducido número de lugares, según el estudio.
"Realmente no habíamos pensado que en el pasado hubiera podido hacer demasiado frío para ellos", declaró Jane Younger de la Universidad australiana de Tasmania.
Esta investigadora dirigió los trabajos realizados en colaboración con las universidades de Southampton y Oxford en Grand Bretaña y la División Antartíca australiana.
Al examinar la diversidad genética de las poblaciones antiguas y modernas de estos pingüinos, los científicos han determinado las variaciones de poblaciones a través del tiempo.
El número de pingüinos empezó a aumentar en los últimos 12.000 años cuando las temperaturas subieron en torno a 15 grados y que la capa de hielo en la Antártida se redujo progresivamente.
Jane Younger alega que los polluelos tienen más posibilidades de sobrevivir al frío invierno con temperaturas más altas, aunque no obstante alcanzan los 45 grados bajo cero.
Y es que la reducción del espesor de la capa de hilo les permite acceder más fácilmente al mar para buscar alimento.
"En verdad, esto nos ha sorprendido porque pensábamos que como están adaptados tan bien al frío y que la capa de hielo que necesitan para reproducirse era más gruesa, los beneficiaba", declaró.
Según este estudio, publicado en la revista Global Change Biology, una población de emperadores sobrevivió durante este periodo en la región del mar de Ross, porque los vientos y las corrientes favorecieron las condiciones.
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