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jueves, 24 de febrero de 2011

Un perro salva la vida de dos niños en Nueva Zelanda

Hace tiempo que los actos heroicos han dejado de ser patrimonio del ser humano, y en medio del desastre de Christchurch, la ciudad neozelandesa asolada por un potente sismo el martes, aparece Lord Byron, un perro pastor inglés que salvó la vida de dos niños entre los escombros de su casa, en las afueras.

“Lord Byron, nombre que figura en su chapa de identificación, salió a una avenida cercana a llamar la atención de los equipos de rescate que recorrían el barrio de Wellington Road. De acuerdo con James Malloy, miembro del cuerpo de bomberos, el perro condujo a los rescatistas a la casa derruida e incluso se introdujo entre los escombros.

Un milagro había sucedido, aunque más bien se tratara de la pericia y el instinto de un perro. Cuando los rescatistas empezaron a levantar los cascotes, hallaron a dos niños abrazados. Eran los hermanos Matt y Doug Byrne. Una historia con final feliz”.

Búsqueda frenética

La historia de Lord Byron, narrada por un reportero australiano de Sky News, contrasta con el drama que supone la peor tragedia nacional en Nueva Zelanda en los últimos 80 años.

Ayer, los socorristas neozelandeses redoblaban sus esfuerzos para tratar de salvar a los supervivientes atrapados bajo los escombros en Christchurch, después del sismo que dejó al menos 75 muertos y 300 desaparecidos, pero el estado de algunos edificios no deja esperanzas.

El primer ministro, John Key, decretó el estado de urgencia a nivel nacional. Los daños materiales provocados por el violento terremoto se valoran en 8.600 millones de dólares , según una estimación realizada por una empresa especializada en el cálculo de los daños financieros para las aseguradoras tras una catástrofe de esta magnitud.

A todo esto, los socorristas recuperaron 75 cuerpos. Durante la noche, 500 socorristas actuaron en medio de las ruinas y consiguieron liberar a una treintena de personas.

Precisamente el sismo desprendió un gran trozo del glaciar Tasman. El fragmento provocó un intenso oleaje al caer sobre el lago del mismo nombre.

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