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miércoles, 9 de abril de 2014

La ardilla roja hace las paces con Portugal



La ambición de los portugueses por descubrir un nuevo mundo dejó a la ardilla roja sin su particular hábitat en el siglo XV debido a la cantidad de madera que se extrajo en los bosques para construir las naves que se usaban en las rutas del descubrimiento.

Pero en los últimos años, el popular, sociable y simpático animal atravesó la frontera de Galicia para hacer las paces con los osados portugueses y dar inicio a un largo viaje hacia el sur del país.

“Estos años más recientes se ha constatado un incremento del área de distribución de las ardillas en Portugal”, relató a EFE Carlos Fonseca, biólogo de la Universidad de Aveiro, al norte del país. “Y todo hace pensar que hay una relación entre la expansión de la superficie forestal en el norte de España y Portugal, y la expansión de la ardilla”, según el también promotor de un proyecto innovador que invita a todo el país a interesarse por el pequeño animal.

Como fórmula para evaluar la repentina reaparición del roedor, el proyecto, denominado “Ardilla roja en Portugal”, recoge los testimonios de personas, de norte a sur del país, que han visto ejemplares. Es una iniciativa con una vertiente de “voluntariado” muy grande, según el biólogo, quien además se declara satisfecho porque en estos dos meses, desde su puesta en marcha, “la participación ha sido extraordinaria” y ya son alrededor de 100 observaciones las recogidas, muchas de ellas con registro fotográfico, “lo que es fantástico”.

El proyecto cuenta con una página en las redes sociales llena de fotografías, videos y relatos, además de una encuesta online, en la que se recogen indicaciones más precisas acerca de la coloración del pelo, los nidos u otros detalles relacionados con el animal.

Las valiosas informaciones que llegan cada día a Carlos Fonseca van a permitir no solo comprender los factores que hay detrás de la expansión de la ardilla, sino también delimitar su distribución en suelo portugués.

En 15 años, el roedor atravesó toda la región centro del país, destacó el biólogo, antes de precisar que “la distribución de la ardilla estaba hasta el río Duero, al norte de Portugal, a finales del siglo XX y en estos momentos ya está muy próxima al río Tajo (en el centro)”.


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