Los especialistas llegaron a esta conclusión después de analizar los huesos de un ancestro común de lobos y perros que vivió en la península de Taimyr, en Siberia, hace unos 35.000 años. El estudio fue publicado en la revista Current Biology.
"Los perros debieron ser domesticados mucho antes de lo que se creía", explicó Love Dalén, un científico del Museo de Historia Natural de Suecia que participó en el estudio. "La otra explicación sería que hubiera ocurrido una separación entre dos poblaciones de lobos un poco después, y que una de ellas hubiera dado lugar a los lobos modernos". Cosa improbable, en su opinión, puesto que eso requeriría que la otra población se hubiera extinguido por completo.
Los investigadores hicieron estos descubrimientos después de encontrarse un pequeño hueso en una expedición en Siberia.
Cuando analizaron el genoma de esta pieza, descubrieron que se trataba de un lobo, y una vez que dataron el resto, que tenía 35.000 años. Además, los análisis genéticos mostraron que los Huskys siberianos actuales tienen mucho en común con este lobo ancestral de Taimyr.
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