El distemper canino, o moquillo, es una enfermedad viral que puede ser mortal para tu perro y su incidencia se hace más frecuente durante la fría temporada de invierno.
Los síntomas de esta enfermedad se manifiestan con fiebre, pérdida de apetito, decaimiento general, secreción nasal amarilla verdosa, dificultad al respirar, conjuntivitis, ojos lagañosos y, en algunos casos, el virus puede provocar vómitos y diarrea. “El signo más evidente cuando se trata de un moquillo es la hiperqueratosis, que es un endurecimiento de las almohadillas de sus patitas y el hocico”, añade a la lista la veterinaria Mariana de la Peña.
También se pueden presentar úlceras corneales y, como ataca al sistema nervioso, provoca convulsiones y parálisis desde las patas hacia adelante. Además hay una reacción cutánea que provoca pústulas en el abdomen, complementa la veterinaria Gloria Rodrigo. Todo esto no sucede en conjunto, sino por etapas que pueden tardar semanas en hacerse visibles.
“Una vez que llega el virus al animal, éste debe ser lo suficientemente fuerte para resistir la enfermedad. El veterinario le dará antibióticos para combatir los síntomas ”, explica Rodrigo.
Para evitar que el can adquiera este virus basta con colocarle una vacuna anual. “La séxtuple o la octavalente protegen a nuestros perros de éste y de otros males virales mortales”, sostiene De la Peña.
El tratamiento lo debe realizar un profesional veterinario, “mientras más pronto se trate al animal habrá más posibilidades de que se cure, pues se trata de una dolencia con alta mortalidad”, complementa la profesional.
Si el perro ya presenta síntomas no debe ser bañado ni sacado a la calle. Hay que tenerlo en un sitio techado, cálido, donde esté cómodo y se deben seguir al pie de la letra todas las recomendaciones del especialista.
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