La tenencia de mascotas en viviendas unifamiliares, apartamentos y condominios en áreas urbanas está regulada por Resoluciónes Municipales y tienen como finalidad, proteger la salud pública y el medioambiente. La cantidad de animales domésticos y las condiciones en que se encuentran, están sujetas a control, según los Arts. y disposiciones del Código Sanitario.
Lamentablemente, el crecimiento de las áreas urbanas, cada día más barriadas y más edificios, reducen las áreas verdes, con lo cual se incomodan todos y se afecta el medioambiente. Cuando las personas adquieren una mascota, deben estar ple-namente conscientes que serán responsables por las condiciones de vida que el animal tenga.
Una mascota, ya sea perro o gato, es un ser vivo que necesita básicamente de alimentación adecuada, agua suficiente y el ambiente apropiado para estar física y mentalmente sano.
1- La vivienda. Las condiciones del lugar en que el animal va a vivir son importantes, deberá reunir las condiciones mínimas para que la mascota tenga al menos un lugar donde estar sin que moleste a las personas o a otros animales, y donde pue-da descansar y dormir.
1.1- Los ruidos. Un as-pecto muy importante que casi nunca se tiene en cuen-ta es cómo y cuánto afecta a las mascotas los hábitos y costumbres de los humanos; por ejemplo, el volumen al que ponen la música o el es-trépito de motores o máquinas en talleres o cualquier otra circunstancia que produzca más de 85 decibeles, ocasiona intenso dolor en los oídos de los perros y los gatos, debido a que tienen altamente sensible el tímpano. El animal se estresa, se desespera, aúlla o se arrin-cona y la expresión de su rostro muestra claramente el sufrimiento por el que está atravesando.
En un dado caso que sean los vecinos los que hacen ruidos molestos o ponen músicas a todo volumen, se debe reconsi-derar el tener una mascota, o bien, con-versar con la persona responsable a fin de llegar a un acuerdo razonable y justo para ambas partes, porque lo que se persigue es el bienestar de la mascota y de los humanos. Tanto los perros como los gatos necesitan sentir el contacto de sus patas con la tierra y comer algo de hierba cuando sienten la necesidad de limpiar su sistema digestivo.
1.2- El espacio vital. Las mascotas deben disponer del espacio suficiente para desplazarse. Condenar a un perro a per-manecer durante días y días enteros o peor aún, durante meses en un balcón o en el espacio que usualmente hay entre la pared de una casa y la malla o el muro que divide la propiedad, que generalmente es un sitio largo y muy, muy estrecho, es para animal una situación estresante que lo obliga a estar ahí, revuelto con la fetidez de sus propios excrementos y respirando el mal olor de sus orines, lo que le hará contraer afecciones gastrointestinales; pe-ro lo estresa también la inmovilidad y la falta de relación con las personas de la casa.
El desesperante estado de ansiedad obligará al animal a hacer bulla, a ladrar, aullar y llorar constantemente, podría rayar las paredes con las uñas y como muestra de deterioro mental, podría lastimarse o volverse agre-sivo, todo ante el intenso afán de escapar a seme-jante suplicio. También de-be tenerse presente que si el animal permanece de-masiado tiempo en un sitio excesivamente húmedo, contraerá hongos en sus patas y se hará daño mor-diéndose debido a la pica-zón y habrá que llevarlo al veterinario para subsanar el problema.
El confinamiento afecta la salud física y mental de la mascota. Hay que tomar en cuenta que con todos los ruidos y olores desagradables del animal, las personas también se sentirán incómo-das y tendrán molestias y gastos imprevis-tos, por traslados, medicamentos, etc.
El ambiente en general, también se afec-ta con ruidos, ladridos, aullidos, maullidos, olores desagradables, gritos y desorden general.
ARGENPRESS
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