Los autores encontraron una relación entre cinco genes diferentes y la capacidad de los perros para interactuar con los seres humanos, y cuatro de ellos están vinculados con los trastornos sociales en los seres humanos, por ejemplo, el autismo.
"Nuestros resultados son los primeros en revelar los genes que pueden haber causado el cambio extremo en el comportamiento social, el cual ocurrió en los perros a medida que fueron domesticados", afirmó Per Jensen, profesor de Etología y líder del grupo de investigación.
El perro es el animal domesticado más antiguo y durante miles de años se ha adaptado a una vida entre los humanos. Durante este periodo, los perros desarrollaron habilidades únicas para comunicarse y cooperar con los seres humanos. En este sentido, son ampliamente superiores a sus antepasados salvajes, los lobos. Frente a una tarea difícil, la mayoría de los perros buscan el contacto con un ser humano, al parecer para solicitar ayuda y en situaciones similares, los lobos generalmente tratan de resolver el problema por sí mismos.
El estudio fue publicado en Scientific Reports
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