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domingo, 23 de octubre de 2011

No son ciegos, pero ellos ven mejor con sus oídos

Los murciélagos no son ciegos, tienen la vista limitada, pero ven mucho mejor con sus oídos.

La denominada ecolocación les permite guiarse por el sonido.

El investigador Luis Aguirre, explica que utilizan su radar y pueden identificar si lo que está cayendo es una hoja o un insecto con el que puede alimentarse, por ejemplo una polilla. En el caso del muerciélago pescador su sistema funciona como un scanner y puede perfectamente identificar un pez para comérselo.

Su vista les permite “interacción social entre murciélagos” y también distinguir lo que van a comer una vez que tienen su alimento en frente como para ver la fruta más madura.

DEPREDADORES Los murciélagos tienen pocos depredadores. Los búhos y las lechuzas de campanario son sus principales enemigos, además de las víboras, tejones, monos y otros murciélagos. Por eso para los investigadores es común toparse con estos animales alrededor de las cuevas donde habitan murciélagos. Hoy, a pesar de no ser natural, los gatos se han convertido en depredadores de los murciélagos. Aunque los seres humanos no son considerados depredadores, en el país se comercializan hasta 3.000 murciélagos por mes en mercados como La Pampa en Cochabamba y Las Brujas en La Paz. Tiene usos en la denominada medicina tradicional para la epilepsia.

Los que habitan en área urbana controlan las plagas

Los murciélagos traen más beneficios que daños y existe la seguridad de que los que habitan en las áreas urbanas no son vampiros. El investigador del Centro de Biodiversidad y Genética de la Facultad de Ciencias y Tecnología de la Universidad Mayor de San Simón, Luis Aguirre, explica que los quirópteros o murciélagos se adaptan a las construcciones urbanas. Viven en techos, puentes, canales y parques, sólo falta prestarles atención.

La mayoría de las especies que se encuentran en la ciudad se alimentan de insectos duros como los escarabajos o los que vuelan como las polillas y mosquitos. A estos murciélagos se les puede ver cerca de los focos de luz que es donde se concentra su alimento.

Esto les convierte en controladores de plagas.

A nivel local se busca concretar estudios que pueden determinar la incidencia real de los murciélagos. Aguirre explica que los murciélagos denominados de cola libre se alimentan de mosquitos y pueden comerse hasta 600 por hora.

“Si no hubieran murciélagos habría tal cantidad de mosquitos que las enfermedades como la fiebre amarilla, el dengue y el paludismo, aumentarían”, dice Aguirre sin olvidar que otros animales también hacen este trabajo.

En la escuela Franklin Anaya de Quillacollo existe una colonia de aproximadamente 300 de estos murciélagos que estarían cumpliendo la labor de control de la proliferación de mosquitos en esa zona.

En el Parque Tunari viven los que se alimentan del néctar de las flores. Más especies están bajo los puentes y otras zonas.

Aunque tienen cierta similitud con los ratones, los murciélagos son mamíferos; los únicos que vuelan porque sus extremidades superiores se desarrollan como alas, su esqueleto es similar al de los primates y pueden verse ejemplares en exhibición en el Museo de Historia Natural Alcides D’Orbigny.


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