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jueves, 6 de octubre de 2011

UN GATO evita la expulsión de un boliviano de Gran Bretaña

Polémica en el Reino Unido por el caso del estudiante que no fue deportado porque tenía un minino junto a su pareja y esto le daba derecho a una vida familiar en el país. Discuten ley de migración. La prensa lo llamó “Catgate”.

220 mil inmigrantes vivían en Gran Bretaña en mayo de 2010. El Partido Conservador prometió reducir esa cantidad.

MANCHESTER

AFP

La historia de un indocumentado boliviano que supuestamente no pudo ser expulsado del Reino Unido porque tenía un gato ha provocado una inesperada polémica entre los conservadores británicos en torno a la legislación sobre derechos humanos.

“El inmigrante ilegal no pudo ser deportado porque —no me lo estoy inventando— tenía un gato”, dijo la ministra del Interior, Theresa May, ante el Congreso de su partido, el oficialista Partido Conservador de David Cameron, cuyo ministerio está encargado de cumplir la promesa gubernamental de llevar el número de inmigrantes extranjeros de 220.000 en mayo de 2010 a sólo “algunas decenas de miles” en 2015.

El fallo, que permitió a un estudiante boliviano ilegal permanecer en el Reino Unido a finales de 2008, se dio a conocer por la prensa al año siguiente cuando, al rechazar la apelación, la jueza de inmigración encargada del caso bromeó de modo xenófobo con que el gato “ya no necesitaría temer por tener que adaptarse a los ratones bolivianos”.

El caso se dio a conocer por la prensa, que lo bautizó como el “Catgate”, y entonces el abogado del boliviano, Barry O’Leary, dijo que el hecho de que su cliente “poseía un gato” con su novia desde hacía varios años fue sólo uno de los “numerosos detalles” que presentó para demostrar la estabilidad de su relación sentimental y argumentar así su derecho a una vida familiar.

Este derecho está contemplado en la Convención Europea de Derechos Humanos y fue adaptada a Ley de Derechos Humanos británica, vigente desde 2002, y que la ministra Theresa May y otros miembros conservadores del Gobierno quieren derogar, en contra de la opinión de sus socios de coalición liberal-demócratas.

Luego de los dichos de May y desde la misma tribuna, el titular de Justicia, Kenneth Clarke, dijo dudar de la exactitud de la historia e incluso se mostró dispuesto a apostar con ella al respecto, suscitando rápidamente lo que la prensa bautizó como el “Catgate”.

La Oficina Judicial difundió posteriormente un comunicado en el que aseguró que el gato, que según la prensa responde al nombre de Maya, “no tuvo nada que ver con la decisión” de permitir que el joven permaneciera en el país.

“Las cosas van bien”

El ministro de Relaciones Exteriores, William Hague, trató de restar importancia ayer a la polémica entre sus dos compañeros de gabinete insistiendo en que ambos coincidían respecto a la ley.

“Si unas palabras diferentes sobre un gato son lo peor que ha pasado esta semana, quiere decir que las cosas globalmente han ido bien”, bromeó en el Congreso del Partido Conservador.


DATOS

• Un boliviano que fue a estudiar al Reino Unido tenía una pareja con quien compartía un gato.

• En 2008 un fallo de la justicia del Ministerio del Interior dictaminó, basado en ésos y otros elementos, que el joven gozaba del derecho a una vida familiar.

• La ministra del Interior, Theresa May, quiere derogar esa ley que protege a los inmigrantes que pueden demostrar estabilidad emocional en el país europeo.

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