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lunes, 18 de mayo de 2015

Denuncian que Zoonosis se convirtió en “callejón de la muerte” para perros

Tres caniles (celdas) se encuentran apilados uno sobre otro. Encima, los cachorros ladran amargamente, desesperados y caminan en círculos. Abajo, los perros chapotean en la orina y las heces, tanto las que caen de las jaulas superiores como las propias.
El cruce de aire les cala hasta los huesos a los animales ... Así describe a las jaulas para perros de Zoonosis Reynaldo Meneses, activista de Defendiendo Animales Concientizando Humanos (DACH).


"No se les da agua para que no se orinen. No se les pone frazadas para que no las ensucien. De hecho es un lugar de tránsito a la muerte, pero no es su función. Simplemente los eliminan dejando de lado el protocolo que debe existir”, manifiesta el activista.

Ana Serrano, de Amor por los Animales Bolivia (APLAB), opina que el establecimiento tiene una "actitud abusiva” desde cuando atrapan a los perritos.
"Ellos utilizan un palo con una cuerda en un extremo, meten la cabeza dentro y jalan. El perro desesperado empieza a tener movimientos bruscos y empieza a dar vueltas. Esta práctica les puede causar fracturas o lesiones fuertes”, sostiene.

Carla Estrada, jefa de la Unidad de Zoonosis, indica que ésa no es la realidad. "Tenemos una persona que realiza la comida y la limpieza de estos animales. No los dejamos sin alimento. Se les brinda una sopita de arroz con carne y se les da la limpieza correspondiente. Además, contamos con un registro de todos los animalitos que ingresan. Tal vez por la falta de conocimiento de nuestro trabajo ellos malinterpretan”, asegura.

Meneses insiste: "Nosotros tenemos malas experiencias de los terrores que sufren esos animales al ingresar, para mí ya es un purgatorio (…). Hacinación de animales enfermos, asustados, heridos... Entrar es una pesadilla canina”.

El rescate de 18 perros

El paso hacia la muerte tenía fecha: el 8 de mayo. La fría despedida de un mundo que no los quiso mucho y que ignoraba su existencia, hasta antes de ser capturados. Los 18 perritos sufrirán lo que padecieron anteriores ocupantes de esas celdas. Los inocentes tienen la pena de muerte programada. No obstante, sucede el milagro.

"La diputada Sonia Brito se comunicó con nosotros, dándonos a conocer la situación. Solicitó que fuéramos a sacar a los perritos, porque Zoonosis nos lo iba a ceder si es que los recogíamos”, narra Miriam León, activista de DACH.

APLAB se encargó de rescatar a cinco de los 18 canes (el resto fue auxiliado por las otras organizaciones), que "temblaban, mostraban miedo y debilidad”, comenta Serrano.
"Estos perritos se pusieron tensos cuando se les puso las correas. No podían caminar, temblaban. Algo les ha debido pasar al momento de agarrarlos”, opina.

León recogió a un perro que, según describe, tenía la cara hinchada y temblaba. "Fuimos a hacerle la revisión veterinaria y resulta que tenía una fractura en la mandíbula. ¿Cómo es posible que no lo hayan revisado, que no se hayan dado cuenta?”, reclama.

Estrada indica que el animal no fue recogido por Zoonosis, sino que fue abandonado frente a sus puertas.
"Dos de los perros eran abandonados. Lamentablemente uno estaba con fractura de una patita posterior y el otro, nos indicaban, tenía lastimada la mandíbula. Pero eran animales que abandonaron y en ese momento nosotros no evidenciamos que tenían una lesión”, aclara.

Foco de infección

Los activistas de DACH comentan que rescataron a más de 30 animales de Zoonosis en distintas oportunidades y que muchos de ellos estaban enfermos. "Es un foco demasiado infeccioso. Varios animales llegaron a la muerte. Intentamos darles tratamientos veterinarios y en algunos casos ya era muy avanzado. Así que se tuvo que ejercer la eutanasia”, manifiesta Meneses.

Estas condiciones, según Serrano, afectan la misma adopción de los canes. "Cuando se provoca un foco de infección, las mismas adopciones se perjudican porque hay la posibilidad de que estén enfermos los animales que se recogen y no se los puedes dar así en adopción”, explica el especialista.

Más allá de estos reclamos y fuera de que Zoonosis mejore sus instalaciones, Serrano opina que la unidad debe cambiar sus políticas públicas, basándose más en lo que es la esterilización masiva y en la educación. "Porque no es sólo recoger perros y dárnoslos, es parte de su responsabilidad. Tiene el objetivo de proteger, cuidar y ayudar a los animales”, asevera.

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