En donde vive lo quieren mucho y lo consienten quizás demasiado. Cuando el señor de la casa se sienta a ver la tele, Bebetino se acomoda sobre sus piernas y se duerme; desde ese momento el señor ya no se levanta mientras el gato esté dormido ahí.
Un día, la Sra. de la casa regresó de la tienda y comenzó a poner sobre la mesa todo lo que había comprado. Iba mostrando cada cosa y anunciándola en voz alta: ¨tomates de perita, fósforos, un queso amarillo…¨ y así sucesivamente. Mientras ella hablaba, Bebetino dormía profundamente sobre las piernas del señor de la casa.
La Sra. había anunciado toda la com-pra ante la indiferencia del gato dormi-lón, pero después de detallar toda la compra, ella agregó: “Y wiiiiskaaas” alzando su mano que sostenía un cartuchito rojo.
Al oír la palabra mágica “wiskas” Bebetino alzó la cabeza, estaba totalmente despierto y dando un salto cayó a los pies de la Sra. maullando sin dejar de ver el cartuchito. Ante aquella reacción del gato que se suponía que estaba bien dormido, la Sra. y el Sr. no paraban de reír y ella no tuvo más reme-dio que romper el cartuchito y Bebetino se comió de inmediato el contenido.
Moraleja: Hay que agradecer la ternura que nos brindan los animales y respetar sus Derecho.
ARGENPRESS
No hay comentarios:
Publicar un comentario