Su sistema hormonal supone que cada vez que está en celo quedará preñada, tanto si se produce o no un apareamiento, e incluso si la hembra se aparea pero no concibe, sus hormonas desencadenan los mismos cambios físicos mentales que si realmente estuviera preñada.
Si la perra no se ha apareado, los cambios hormonales asociados con el celo crean un embarazo fantasma o psicológico. Es decir, la hembra sufre los mismos cambios hormonales e incluso físicos de un embarazo.
En algunos casos esto incluye incluso la producción de leche dos meses más tarde. Durante el embarazo fantasma la perra puede experimentar un espectacular abanico de cambios de humor y sensoriales, por ejemplo, puede rechazar su comida habitual, preparar un nido y tratar los juguetes como si fuesen sus cachorros.
La consecuencia más evidente de un embarazo falso es la producción de leche. Algunos expertos en comportamiento creen que se trata de un fenómeno evolutivo por el que otras hembras de la manada ofrecían un suplemento alimenticio a los cachorros nacidos de las hembras dominantes del grupo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario