con láser en su lomo flores o ideogramas chinos de la fortuna, una técnica cruel según los amantes de los animales.
En el mercado pequinés de flores y animales de Laitai, dos de los veinte puestos de animales venden peces tatuados con flores, una técnica para atraer a los compradores supersticiosos que también se sienten atraídos por los que exhiben en sus lomos los ideogramas chinos de "amor", "felicidad", "fortuna" o "longevidad".
La propietaria del negocio asegura a Efe que no son ellos quienes los tatúan, sino que los importan de Taiwán ya decorados, aunque se niega a dar más detalles sobre el controvertido asunto.
No obstante, la dueña de una tienda cercana, Wang Ruili, asegura que se trata de una crueldad que atenta contra toda ética: "Yo no vendo esos peces. Esos tatuajes se hacen con láser, es algo muy cruel que hace daño al pez", señala a Efe en el interior de su tienda de mascotas, "Pez Dorado Quintaesencia de la Cultura China".
Según Wang, los peces "son seres vivos, como los humanos", y tatuarles el lomo es "una falta de respeto hacia la vida, que además se hace para ganar más dinero", ya que esa especie es muy barata.
Sin embargo, hasta esta propietaria reconoce que hay clientes que por curiosidad compran estos peces grabados con flores, corazones o frases de la buena suerte como, "Gongxi Facai" ("próspero año nuevo") que llaman más la atención a la hora de vender.
Por ejemplo, un ejemplar de pez loro tatuado con una flor puede costar unos 40 yuanes (6 dólares o 4,3 euros), muy por encima de su valor, frente a los 170 (25,8 dólares) que cuesta una pareja de peces dorados, símbolo de la buena suerte o del matrimonio en China.
Los vendedores aseguran que la moda de tatuar peces se inició en Taiwán y fue importada hace unos años a China.
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