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jueves, 11 de septiembre de 2014

Cada perro genera entre 250 y 300 gramos de heces al día

Según datos de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), cada perro defeca entre 250 y 300 gramos de excremento y genera 700 mililitros de orina diarios.

Oruro continúa en alerta sanitaria por los casos de rabia humana detectados a principios de esta gestión, a raíz de la cantidad excesiva de perros callejeros que caminan por toda la ciudad y dejan sus heces fecales en todo rincón de la ciudad. En las recientes semanas las sociedades protectoras de animales pidieron al Concejo Municipal el cierre del Centro Municipal de Zoonosis de Oruro (Cemzoor) parar las eliminaciones masivas de canes que se están ejecutando.

"Es preocupante que se esté exigiendo esto, porque el cierre del Cemzoor significaría un grave peligro para la salud pública de la ciudadanía, como veterinarios sabemos que no es la mejor forma de evitar la propagación de la rabia con la eliminación de canes, por eso sugerimos la esterilización para evitar que mas perros se queden en la calle dejando heces fecales que a la larga son un peligro para todos", explicó el supervisor del Cemzoor, Teddy Fernández.

Según se informa en Oruro existen alrededor de 4.000 perros vagabundos, lo que generaría cerca de 1.200 kilogramos de heces fecales a diario dispersas en las calles, las cuales se secan con el tiempo y luego se convierten en polvo que se esparce en el aire, que es respirado y aspirado por niños, jóvenes y adultos, que trae como consecuencia una diversidad de enfermedades.

En el caso de la orina de muy mal olor que se deja en postes, jardineras, y paredes de las calles de Oruro, diariamente se contaminaría los suelos con alrededor de 2.800 litros de orina, donde muchas veces se cae un alimento, una moneda, algún artículo que después es tocado por las manos de niños, jóvenes o adultos.

A esta cantidad se suman las heces y orina que dejan los perros con hogares que son sacados a la calle para sus necesidades fisiológicas, y que al no existir una norma para evitar que estos depósitos de animales estén en las calles se continúa contaminando el aire que se respira.

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