Los burros Napoleón y Antonina, casados desde hace diez años y fundadores de una familia de seis burritos, habían sido separados después de que dos madres mojigatas denunciaran a los animales ante la municipalidad.
Una consejera municipal conservadora, Lidia Dudziak, escandalizada por la frecuencia de los impulsos amorosos y el empeño que ponían en la tarea, obtuvo que la dirección del zoológico separara a los animales con una reja.
Sin embargo, los medios de prensa, alertados por numerosos visitantes, privados de un día para el otro del espectáculo, y siempre listos para burlarse de los políticos, suscitaron un movimiento de simpatía por los enamorados que se convirtió en una carcajada nacional, obligando a las autoridades a recular.
El jueves, la dirección anunció en la página Facebook del zoológico que la pareja ya estaba reunida de vuelta, y el viernes un numeroso público asistía regocijado al triunfo del amor.
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