La matanza de canes en Oruro no ha cesado, a pesar de los constantes reclamos de parte de los activistas defensores de los perros callejeros. El Centro de Zoonosis Municipal mató a más de dos mil canes desde hace un año.
El activista Rubén Cáceres García advirtió que la vida de los perros “sigue en peligro, mientras no se cambie de actitud de la alcaldesa municipal, Rossío Pimentel, para respetar la vida de estos animales que tienen derecho a vivir y a darles una vida digna”.
Dijo que se ha pedido que, cuando sean detenidos los perros en las calles, “se otorgue un plazo de siete días, para que los dueños puedan reconocer a esos animalitos, pero la matanza se realiza en menos de 24 horas, tal como han podido comprobar algunos concejales, en julio pasado”.
La Sociedad Protectora de Animales de Oruro (SPAO) advirtió que hasta el momento no se ha efectuado ningún cambio de política, para frenar el crecimiento de la población canina y lo más fácil es “eliminar a los perros, como si ellos fueran culpables de ese problema de salud y educación en Oruro”.
Explicó que el problema de la presencia de canes callejeros en la ciudad, “no es por culpa de los perros, sino de los dueños que no tienen conciencia ni respeto por los animales y tampoco les cuidan ni les dan alimentos y, por eso, los hacen dormir en las calles o en sus puertas de sus domicilios”.
“Hemos pedido que esterilicen a los perros y así se controlará a la población canina, pero hasta la fecha no existe ninguna respuesta de parte de la alcaldesa municipal”, explicó SPAO.
Por su parte, las autoridades del Servicio Departamental de Salud (Sedes) viajaron a Machacamarca, para verificar la presencia de perros salvajes que supuestamente mataron a 30 llamas hace una semana en la población de Sebadamayo”, en la propiedad de Amalia Flores.
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