Tal vez te viste en la situación de tener que cuidar a un perrito recién nacido, ya sea porque te lo encontraste en la calle o porque su mamá era tu mascota y murió, y no sabes exactamente cómo hacerlo. Lo primero es no asustarse. Puedes salvar la vida del animalito si te esmeras en darle el calor necesario y una adecuada alimentación.
“Esta etapa de vida del cachorro marcará la forma definitiva de cómo acepte, digiera y asimile los nutrientes en un futuro. En los perros, la leche materna está compuesta por un alto porcentaje de calorías que provienen de la grasa, proteínas y carbohidratos de la leche”, explica la veterinaria Beatriz Valdivia.
La leche de vaca no es un alimento equilibrado para darle a un perro recién nacido. “Es muy pobre en nutrientes y tiene mucha lactosa. En tiendas especializadas hay preparados especiales en polvo para dar leche sustituta a los cachorros”, agrega.
La veterinaria Aurora Crispín recomienda que, en caso de no conseguir dichos alimentos, se debe elaborar una leche casera con 800 ml de leche entera hervida, 200 g de crema de leche, dos yemas de huevo y dos cucharadas de miel. Este preparado, entibiado en baño María, se debe administrar cada tres horas. La cantidad debe ser algo así como el 10% del peso del perrito, que además se tiene que controlar a diario. Si el animal no sube de peso, debe ser llevado al veterinario.
Para la fórmula casera se deben mezclar bien los ingredientes hasta conseguir una consistencia homogénea y entibiar, si es posible, en baño María hasta los 38°C”, afirma Valdivia. El alimento se debe administrar en mamaderas especiales o goteándolo en la boca del cachorro con una jeringa descartable. Se recomienda que después de cada comida se masajee levemente el área anal y genital del cachorro con un paño húmedo tibio, esto con el fin de simular las lamidas que haría la madre para estimular la micción y defecación.
“Tomando en cuenta que los cachorros no tienen desarrollado su sistema termorregulador hasta los dos meses de edad y que toman el calor de la madre, se recomienda que estén en un ambiente interior, limpio, cálido y sin corrientes de aire. Lo ideal es que las primeras semanas estén en un ambiente con temperaturas de 28 a 32°C y las siguientes semanas con temperaturas de 22 a 25°C. Muy importante también es que se mantengan con una humedad de 50% para conservar las vías respiratorias húmedas”, dice Valdivia. Para mantener el calor del cachorro, la doctora Crispín recomienda el uso de una bolsa de agua caliente envuelta en una cobija.
Fuente: Aurora Crispín (Veterinaria / Veterinaria San Bernardo 2792997). Beatriz Valdivia (Veterinaria Zootecnista especialista en clínica y cirugía de especies pequeñas / Veterinaria Pedigree, C. 28 de Cota Cota No 5. Teléfono: 2794679).
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