De hecho, es un medio de autoprotección que es activado cuando su "punto dulce", como es llamado, es tocado y consiste en que la pata de la mascota entra en modo automático de patadas locas.
Tal acción se llama reflejo de la nada, y es una respuesta involuntaria que existe para mantener al perro a salvo de errores o irritantes peligrosas.
Debajo de ciertas partes de la piel del perro, hay colecciones de caminos de los nervios que están conectados a la médula espinal. Cuando se activan estos nervios – ya sea por un rasguño o un cosquilleo – envían mensajes rápidamente a la médula espinal, que entonces instruye a la pierna del perro a patear.
Este reflejo puede ayudar al veterinario a determinar si el canino está sufriendo de cualquier daño en los nervios.
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