Celestino Wisum, alcalde de Taisha, una localidad de la provincia amazónica de Morona Santiago, donde se concentra la epidemia, informó que uno de los fallecidos era una mujer embarazada. Un reporte dado a conocer la semana pasada por el ministro de Salud, David Chiriboga, había dado cuenta de ocho niños muertos.
El funcionario cuestionó la estrategia del gobierno de Rafael Correa para controlar la emergencia, la cual incluye un plan de vacunación y la matanza de los murciélagos infectados con rabia.
"No se justifica decir que se está vacunando a la gente, la atención tiene que ser permanente. Tenemos un solo hospital, sin equipamiento necesario ni personal especializado en enfermedades tropicales", se quejó.
El brote afecta a tres comunidades de Taisha, habitadas en forma dispersa por unas 540 personas y a las que sólo se puede acceder por vía aérea, según el Gobierno.
El ministro Chiriboga consideró que la enfermedad es "muy grave" y difícil de diagnosticar. Además, explicó que su único tratamiento es la vacunación, aunque "una vez que los síntomas se instauraron se torna mortal".
Asimismo, aseguró que el programa de inmunización enfrenta la resistencia de algunos indígenas que consideran que la epidemia tiene un origen sobrenatural, por lo que acuden primero a chamanes (curanderos).
Debido a ello, el presidente Correa instó a los pobladores a "no temerle a la medicina moderna, pues muchos de los mordidos no fueron al médico y recibieron el tratamiento cuando era demasiado tarde".
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