Cuando Kimba estaba en Tarija tenía problemas en los dientes, con caries, el hígado mal, las uñas encarnadas, artritis, tenía glaucoma, es decir que había perdido la visión de un ojo y le generaba dolor, pero ahora ya se encuentra mejor de salud en la reserva natural.
El miembro de la Sociedad Protectora de Animales (SPAT), Gonzalo Torres, señaló que el lugar en el que se encuentra es enorme, la gente tiene acceso pero poco, no así como un zoológico, donde se tiene contacto directo con los animales.
“Kimba está en un espacio de 10 hectáreas, lo comparte con una leona, eso es bueno porque en Tarija estaba solo, entonces ahora tiene un espacio mayor, natural, además que tiene compañía”.
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