Las manifestaciones clínicas se dividen en cuatro fases: la primera, el paciente tendrá fiebre, dolor de cabeza, dolor muscular, náuseas y vómitos; la segunda fase será agitación, confusión, alucinaciones; en la tercera fase se compromete, aún más, el sistema nervioso provocando aumento de la salivación y molestia o dolor al hacer pasar cualquier alimento al estómago y por último la cuarta fase, es el fallecimiento o raramente la recuperación del paciente.
Para hacer el diagnóstico, son muy importantes las manifestaciones clínicas que presenta el paciente y una serie de análisis realizados por el laboratorio como, la serología y la detección del virus en saliva, orina o líquido cefalorraquídeo.
La historia de la exposición de la mordedura por un animal rabioso también es importante para el diagnóstico, por ejemplo la profundidad, el tamaño de la herida y especialmente la localización, es decir mientras más cerca esté la herida al cerebro, más rápido se pronunciarán las manifestaciones clínicas.
El tratamiento consiste en limpieza de la herida, soporte, gammaglobulina humana antirrábica y vacunación con cinco dosis.
La profilaxis en personas expuestas se realiza mediante tres dosis de la vacuna. Lo más importante para prevenir ésta infección es vacunando al animal que pueda adquirir rabia, como los perros, los gatos, y si sufrió la mordedura por un animal rabioso tiene que acudir al centro de salud más cercano, donde se notificará su caso, y además se le realizará la limpieza adecuada de la herida.
Cel.: 72482152
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