Llevar a las mascotas a la peluquería no siempre es una buena idea. En 2013, dos sociedades protectoras de animales recibieron entre 8 y 25 denuncias por contagio de hongos y bacterias, sin contar la infestación de pulgas y piojos en estos negocios dedicados a la estética canina.
El Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (Senasag), que les da las autorizaciones de funcionamiento y se encarga de la supervisión, no recibió denuncias de contagio en 2013, pero sí de maltrato. La entidad urgió a actualizar la norma para hacer un control más riguroso.
Susana del Carpio, presidenta de la organización no gubernamental (ONG) Animales SOS, informó que en 2013 recibió 25 reclamos por contagio de hongos; sin embargo, la veterinaria Canito, de esta ONG, reportó de 10 a 12 casos por semana.
“Son negocios de peluquería que en algunos casos funcionan también como veterinarias. Los peluqueros no son médicos veterinarios y no saben lo que es un hongo. Hay peluquerías responsables; sin embargo, la mayoría no lo son”, informó Del Carpio a La Razón.
Hace cuatro años, Rosario Pardo, dueña de Beethoven, un chapi con mezcla de poodle que hoy tiene diez años, lo llevó a que le hagan un corte de pelo a un negocio en la avenida Busch, que dejó de funcionar.
Tres semanas después le apareció un absceso (acumulación de pus) en el lomo del animal. “Creo que le drogaron” para inmovilizarlo, dijo. “Se ha contagiado, no podía ni caminar; los tumores reventaron, lo curamos en un mes. Ahora no lo llevó más y yo lo atiendo y baño”, relató.
El Senasag tiene registradas en la ciudad de La Paz a 144 veterinarias legales y con registro, de éstas 7 son clínica-peluquerías, 33 consultorio-peluquerías y 20 solo peluquerías El año pasado fueron cerrados 11 de estos negocios porque no contaban con registro o por voluntad de los dueños, señaló Paola Sanjinés, técnica del Área de Registro y Certificación del Senasag.
“No hemos registrado a la fecha casos de contagios de enfermedades dérmicas, solo de maltrato. No manejamos datos epidemiológicos. En esos casos es el veterinario el que debe responsabilizarse”, apuntó.
De acuerdo con la funcionaria, personal de este servicio nacional efectúa inspecciones de rutina. “Revisamos que el ambiente esté limpio y en buenas condiciones, y que los productos tengan fecha de vencimiento. Hacemos controles dependiendo de las actividades y el tiempo con el que contamos”.
Sin embargo, en más de una de las diez estéticas caninas de la avenida Saavedra de Miraflores, el transeúnte puede sentir el fuerte olor a moho que despiden las toallas puestas a secar en los tendederos portátiles en las aceras de esa arteria.
Según Del Carpio y Luis Cornejo Rojas, regente veterinario de Canito, en este tipo de negocios existen ocho peligros si hay descuido, impericia y falta de higiene. Además del contagio con hongos (1), pueden infestarse con piojos, pulgas y garrapatas (2). “Esto se da porque colocan al perro sucio en jaulas sin desinfectar, luego entra otro perro que ha sido limpiado pero igual se contagia”, explicó Cornejo.
Todo proceso de limpieza es “traumático” para los animales, a tal punto que pueden llegar a inquietarse e intentar huir. Es ahí cuando reciben maltrato de los peluqueros, que incluso utilizan correas y bozales para sujetarlos fuertemente (3). En 2009 un can perdió uno de sus ojos y en noviembre de 2013 a otro se le quebró una de las patas. Ambos casos se dieron en un negocio de la zona San Pedro, sobre la avenida Boquerón.
“Lo único que dijo el encargado fue que este último animal se cayó de la mesa y se fracturó. La peluquería sigue funcionando”, afirmó Del Carpio. Para tranquilizarlos también usan, desconociendo la dosis necesaria y permitida, medicamentos como la acepromacina (para los agresivos) y la quetamina (anestesia general) (4).
A Animales SOS llegaron otras denuncias de heridas ocasionadas por un mal corte de tijeras o rasuradoras (5). Para evitar problemas con los dueños —según los registros—, se cubrió la piel dañada del animal con radex, si tenía pelaje blanco, o tinta negra, si era éste negro.
Luisa Chambi, voluntaria de la Fundación Proteja, manifestó que solo en 2013 recibieron de 8 a 10 denuncias de este tipo. “En las peluquerías se produce el contagio de hongos porque no desinfectan bien, ni sus máquinas, ni sus bañeras, ni el material que utilizan”.
El alcohol no es suficiente para eliminar los hongos de los instrumentos de trabajo. La solución más óptima es el fuego o usar desinfectantes, como el tetracloruro de amonio y el neolisolin. “Hay gente que duerme en su negocio, vive y hasta come en un lugar donde debería primar la higiene”, sostuvo Cornejo. La veterinaria Canito también atendió casos de animales que fallecieron por paros cardiacos, ya que durante el baño sufrieron un estrés muy severo (6).
Éste es el caso de una mujer que el año anterior recibió la llamada del encargado de una peluquería que le informó que su perro se había escapado. Una vez en el lugar, le entregaron su cadáver. “En este caso, la solución para el negociante es pagarle con otro animal similar”, indicó la activista Del Carpio.
Además les pueden producir otitis (7) si no evitan que el agua ingrese a sus orejas con el uso de algodón y también pueden provocarles hemorragias por un mal corte de sus uñas (8). Sanjinés mencionó que en la resolución administrativa 014/2008 que aprobó el reglamento para el registro y control de establecimientos veterinarios “existen vacíos”.
La norma establece los requisitos para el registro y control de farmacias, clínicas, hospitales, consultorios veterinarios, tiendas de venta de mascotas y de alimentos. “Hemos pedido actualizar la normativa para que se hagan inspecciones específicas para cada actividad, como Senasag actualmente las hacemos a criterio”, dijo Sanjinés.
Consecuencia. Cuando una mascota contrae hongos, puede ser contagioso también para el humano. Éste es el caso de Andrea Vila, quien no solo tuvo que luchar hace tres meses con la enfermedad cutánea de Muñeca, su chapi de diez años, sino también con la de su hija de 20 años. “Muñeca volvió con hongos de la peluquería y el perro de mi vecina, que fue al mismo establecimiento, se contagió también del mal. Pese a los reclamos, (los empleados del lugar) se negaron”, contó.
“El animal es el que más sufre porque se va lacerando la piel por el escozor”, señaló Chambi. Éste es el caso de la mascota de Andrea, que se hizo heridas abiertas en varias partes del cuerpo y tuvo que usar un cono en el cuello para no lastimarse más.
“Sufría mucho, fue terrible hacerla curar; me dieron unas pastillas muy fuertes pero con el riesgo de que se muera, su curación tardó de uno a dos meses. Se le colocó una pomada, se la bañó con desinfectantes, luego se desinfectó la casa”, refirió.
Ella se opuso a la solución radical de amigos y parientes, que le recomendaron “hacerla dormir” para siempre para que deje de sufrir. Las estéticas de mascotas de la avenida Saavedra ofrecen limpieza dental, corte de uñas, masajes, baño antipulgas, desenredado de nudos y otros. La atención es de lunes a sábado y por orden de llegada.
Cinco de ellas, observó La Razón, que hizo un recorrido por el lugar, dejaron las toallas que usan para los animales secando a la intemperie. Solo en dos estaban limpias y era nuevas; en las tres restantes se veía claramente su desgaste por el uso y varias manchas, además del fuerte olor a moho y humedad.
El regente veterinario de Canito mencionó que si uno se acerca un poco puede llegar a sentir el mal olor, pues fueron lavadas sin los químicos adecuados o se guardaron húmedas. “Las toallas ya están envejecidas; sí hay olor o están sucias, se aconseja a los dueños de mascotas que opten por otras peluquerías”, porque es una prueba de que hay descuido en la higiene de estos negocios, recomendó.
Cuchillas calientes y quemaduras
Casos
“He atendido perros con quemaduras. El peluquero trabaja con cuchillos (esterilizados al fuego) y por falta de tiempo no los enfría, entonces lo más común son quemaduras en la piel de los animales que se deben a estas cuchillas calientes”, dijo la médico veterinaria Milka Alzugaray, con relación a denuncias de dueños de mascotas que las llevan a su veterinaria.
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