Los pobladores, reunidos de emergencia, acusaron al vecino Abel M. (50) de haber envenenado la carne de su ternero muerto. Indicaron que le echó un producto químico denominado Katrina, un herbicida de contacto que usan para limpiar maleza y ayudar al crecimiento de la alfa alfa. Los perros que comieron la carne de ese ternero perecieron.
Las garzas y gallinas que ingirieron la baba de los canes moribundos también murieron, según relataron algunos vecinos. En medio del nerviosismo y el enojo por este suceso, los pobladores vertieron varias versiones al respecto.
El responsable de Zoonosis de la Alcaldía de Cercado, Javier Rodríguez, llegó en horas de la mañana y dijo que, por todas las evidencias recolectadas, se trataría de un envenenamiento masivo. “Se han recogido las muestras y se las va a llevar a laboratorio para su análisis respectivo”.
Ramiro Espinoza, uno de los pobladores que conversó con OPINIÓN y varios medios de comunicación dijo: “Han intoxicado a nuestros perros con un fungicida que usan para fumigar las alfas, presumimos que ha rociado la carne del animal muerto y todos los animales que han comido están muriendo, estamos alarmados por lo sucedido”.
La muerte masiva de animales domésticos está tipificada como biocidio, delito penado con 2 y 5 años de prisión de acuerdo a la Ley 700 del 1 de julio de 2015 “Para la Defensa de los Animales Contra Actos de Crueldad y Maltrato”.
ENOJO El cuadro en la zona era de zozobra y enojo. Hasta las 14:00, varios vecinos usaban carretillas para trasladar a los canes muertos y ponerlos en un lugar común. Dijeron que los incinerarían y enterrarían para evitar infecciones en los niños y otros animales.
La señora Fabiola García no sabía cómo decirle a su hijo de ocho años que su mascota había fallecido mientras él no estaba en su casa en la mañana.
“Rex” es otro de los canes que encontró la muerte.
VERSIÓN DEL ACUSADO La noche del jueves, uno de los terneros de Abel M. apareció muerto; y según su propia versión, fueron los perros del vecindario los causantes del hecho.
Posteriormente, dejó a la vaquilla a la intemperie, para que sea devorada por los perros, según los enfurecidos vecinos.
“El viernes ya comenzaron a presentarse los primeros casos de envenenamiento, sin que se pueda hacer nada”, aseguró Espinoza.
Segundo caso de biocidio
Este es el segundo caso de biocidio que se presenta en Cochabamba. El primero se cometió el pasado 12 de febrero, cuando Paulina Ayca Chambi, madre de siete hijos, diera muerte a 55 perros.
El hecho se suscitó en la zona Pucara, al sur de la ciudad y de igual manera, en aquella oportunidad una jauría de perros atacó su ganado y como no era la primera vez; decidió poner fin a la situación, por ello bañó al becerro con raticida y lo botó a la torrentera más cercana de su casa, con la idea de lograr envenenar a la jauría de perros que atacaba su casa. Luego del hecho, la acusación fue formalizada por el Ministerio Público y por la organización Narices Frías por el delito de biocidio.
Es esa primera oportunidad el fiscal a cargo del caso, Gróver Trujillo, solicitó al juez el arresto de la acusada en el penal de mujeres San Sebastián.
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