jueves, 20 de abril de 2017

¿Obediente o mal educado? Enséñale



Educar al mejor amigo del hombre desde cachorro para que aprenda las normas básicas y tenga buen comportamiento de adulto es fundamental.

Enseñarle a obedecer es un reto ante el desespero de los dueños de que no les hagan caso, provoquen destrozos o ladren sin parar. El primer punto es definir y diferenciar adiestramiento de educación canina, indica el etólogo Andrés Salamanca.

“La educación del perro se basa en pautas y estructuras que se le dan cuando llega por primera vez a la casa para que acate normas y genere una convivencia amena con las personas que habitan ahí. En cambio, el adiestramiento es una herramienta que se usa para que el perro haga caso en ciertas pautas como ‘sentado’, ‘da la pata’, ‘junto’ para que no jale la correa, corra, se aleje y demás”.

Otra diferencia es que en la educación los miembros de la familia participan activamente hasta lograr el comportamiento deseado del nuevo integrante. Por ejemplo, “cuando llega a casa todos le dan amor desmedido y permisivo; no ponen orden. De ahí en adelante será difícil educarlo y que haga caso”, advierte el especialista en comportamiento animal.

Entonces, lo recomendable es poner las reglas claras en la familia desde el principio; dónde dormirá y estará el perro, a qué hora se lo sacará a pasear, a qué hora se jugará con él, en qué momento lo van a consentir, etc., porque solo así el cachorro se irá adaptando y cumplirá las normas establecidas”.

Las relaciones humano-caninas también son importantes; estructura, límites, educación y cuidados y cariño hacen que el peludo reconozca a su dueño como su guía, un líder que le pone límites y le da amor. “Si solo se lo mima, el perro pensará que tiene una jerarquía mayor, por lo que no acatará. Pero, cuando se es un buen guía —entre límites y cariño— el can obedecerá, resalta Salamanca.

La disciplina para los cachorros es importante. “El hecho de que el perro respete y obedezca a su dueño, tomándolo como su alfa, es fundamental para la convivencia”, dice la veterinaria Mariana de la Peña.

Una manera que la profesional recomienda para reforzar una acción positiva del can es que tras la orden y el cumplimiento de ésta se le dé un premio. Éste vendría a ser el adiestramiento con refuerzo positivo, acota Salamanca. “A través de un premio, un recurso, una pelota o el mismo cariño, la gente puede enseñarle a hacer caso”.

Espere…

Sin embargo, existe otro tipo de adiestramiento y es el de refuerzo negativo, explica el etólogo. “Este acondicionamiento es mediante un castigo y no debería pasar. Castigar al cachorro para que haga caso o pegarle es un adiestramiento que ya no se aplica”.

Para evitar esas tristes situaciones, De la Peña recomienda comenzar la enseñanza desde los cuatro o cinco meses con órdenes básicas y, a medida que el peludo madura y tiene mayor concentración, estará apto para recibir y aprender más órdenes.

Salamanca coincide en la edad en la que el cachorro debe empezar a ser educado. “Desde los dos meses hasta los cuatro es un bebé, por lo que no comprende, y el aprendizaje no se puede dar en esa etapa, tiempo en el que se necesita tolerancia. A partir de los cinco o seis meses el perro estará dispuesto a aprender y se puede empezar con la educación básica”.

No olvides, como en todo hogar, los límites y el amor son claves para convivir en armonía bajo el mismo techo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario