Un equipo de científicos de la Universidad de Papúa (Nueva Guinea) ha detectado, por primera vez en medio siglo, la presencia de al menos 15 ejemplares de perro salvaje en su territorio, una raza que se consideraba extinta en libertad.
En la expedición se logró captar más de un centenar de fotografías de los animales, que viven aislados a una altura de entre 3.700 y 4.600 metros sobre el nivel del mar, en una de las zonas más remotas del planeta y sin ningún tipo de contacto con el ser humano.
De pelaje dorado y con una cola parecida a la del Shiba Inu, sus antepasados se instalaron en la isla de Oceanía hace más de 6.000 años y, desde entonces ha sobrevivido tan bien escondido, que se lo creía extinto.
El animal cuya raza es considerada el eslabón perdido entre los primeros canes y los perros domésticos modernos, es la también más antigua y rara del mundo, según revela la Fundación del Perro Salvaje de las Tierras Altas de Nueva Guinea, citado por el periódico catalán La Vanguardia.
“Es un descubrimiento no solo emocionante, sino también una oportunidad increíble para la ciencia”, destaca la fundación a través de un comunicado. En principio, el hallazgo confirma que hay una población sana en una de las regiones más remotas e inhóspitas de la Tierra.
El más antiguo
Según el análisis de ADN, estos son los cánidos más antiguos y primitivos que existen. Los investigadores que observaron al animal dan cuenta de al menos 15 individuos silvestres -incluyendo machos, hembras y cachorros- aislados en tierras altas y sin contacto con seres humanos.
Los expertos señalan que se trata de las pocas especies salvajes de cánidos que quedan en el mundo cuyo linaje nunca ha sido modificado por el hombre. La raza más parecida es una variante domesticable llamada perro cantor de Nueva Guinea. El nombre no es casual: aullan a coro de una manera muy característica, destaca el portal Nvi noticias
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