Los perros grandes tienen una esperanza de vida menor que los pequeños y es que el tamaño de nuestra mascota es uno de los factores determinantes en la duración de su vida. Otros de los puntos clave son la alimentación y los cuidados médicos que reciba el animal, como prueba de ello, en los últimos 100 años se ha producido un aumento en la esperanza de vida media hasta los 12,8 años.
En este artículo te contamos cómo calcular la vida de tu perro y también cómo mejorarla.
El tamaño y la raza son el principal determinante de la longevidad de nuestro perro, aunque también afecta el sexo, ya que las estadísticas nos dicen que las hembras viven un año más en promedio que los machos. En cuanto al tamaño del animal, los perros más grandes viven menos años que los pequeños y esto se debe a su proceso de crecimiento.
Los perros pequeños tienen un metabolismo más activo que los de mayor tamaño, por lo que llegan a la edad adulta antes y por lo tanto tienen unas menores exigencias a la hora de alcanzar su tamaño final. Los perros grandes sufren más estrés corporal en este período, ya que deben esforzarse más por cubrir sus necesidades de crecimiento. La raza también es importante, por ejemplo un bulldog, a pesar de ser de tamaño pequeño tiene una corta esperanza de vida.
Las condiciones en las que vivan los animales también afectan en gran medida a la duración de su vida. Si un perro está mal alimentado o no recibe las atenciones necesarias, su calidad de vida será peor y vivirá menos tiempo.
La alimentación del perro y sus cuidados sanitarios, son claves para que nuestro perro viva más años. De hecho, está demostrado que los perros esterilizados tienen una vida más larga que los que no, ya que así evitan algunas enfermedades infecciosas o degenerativas.
Lo más importante es que nuestra mascota reciba las atenciones médicas necesarias por parte de nuestro veterinario de confianza y proveer a nuestro perro de una vida saludable, tanto en sus hábitos como en su alimentación. Es importante adecuar siempre la comida del perro a su edad y tamaño para ayudarle a cubrir sus necesidades biológicas de la manera más eficiente. Cuando se van haciendo mayores hay que darles alimento balanceado para perros sénior para evitar su obesidad por el exceso calórico, cuidar su riñón evitando el exceso de proteínas (que sí son fundamentales en los jóvenes y cachorros) o cuidar el contenido en sal, que afecta a la tensión. Y no olvidemos tampoco cuidar de su dentadura que se vuelve muy frágil con el paso del tiempo.
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