La historia -relatada por el diario The Telegraph-, cuenta que Slater (de 46 años) junto a una guía, pasó varios días con estos animales, tiempo en el que no manifestaron ningún tipo de actitud agresiva hacia los humanos.
En este escenario, y mientras él dejaba su cámara fotográfica sobre un trípode, uno de los monos tomó el equipo y comenzó a jugar con ella.
"El sonido (de la cámara) llamó su atención y siguió presionando.
Aunque al principio asustó a los demás, pronto se acercaron... Fue increíble verlo", aseguró al periódico británico.
Aunque en un principio no sabía cuáles habían sido los resultados del "incidente", tras recuperar la cámara, el fotógrafo pudo visualizar el material sacado por los animales, dejándolo impresionado por la calidad de las imágenes.
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