El objetivo, dice el estudio publicado en la revista Nature Methods, es crear gatos que tengan una inmunidad intrínseca al virus que causa la forma felina del sida.
Los investigadores insertaron en los animales un gen que se sabe puede ayudar a los gatos a desarrollar una resistencia a la forma felina de esta enfermedad. También insertaron un gen que produce una proteína fluorescente, llamada GFP.
Esta proteína, que se produce de forma natural en las medusas, se utiliza comúnmente en la investigación para monitorear la actividad de genes alterados.
“El objetivo es poder marcar a las células fácilmente mirando en el microscopio o alumbrando al animal con una lámpara”, explica el doctor Eric Poeschla, quien lleva a cabo la investigación en la Clínica Mayo en Rochester, Estados Unidos.
“Lo mejor sobre esta investigación biomédica es que está diseñada para beneficiar tanto la salud del ser humano como la de los felinos”, manifestó Poeschla. “Es decir, no sólo ayudaremos a mucha gente, sino también a los gatos”, agregó.
El gen que se inserta a los gatos es un antiviral que viene de los monos Rhesus y produce una proteína llamada factor de restricción que puede resistir al virus causante de sida que afecta a otros animales.
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