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viernes, 28 de septiembre de 2012

Edúcalo para que coma sanamente



“Es un mañudo”, dice Paola Banderas de su perro Punch, un schnauzer de tres años que se rehusa a comer sopa y pollo. En realidad la culpable es ella por haberlo malcriado. Según explica el doctor Sergio Cuenca, de la veterinaria Adonahi, “los animalitos no se educan a sí mismos y la culpa de que sólo quieran ingerir comida chatarra es culpa de sus amos”. Por ejemplo, Muñeca tiene 10 años y está acostumbrada a comer pollo y carne de res. “Desde hace una semana me mata de rabia porque ya no quiere comer, pero eso sí, prefiere las papas fritas y las termina”, cuenta con cierta molestia su dueño Fabián Gutiérrez.

La dieta habitual de Muñeca incluye pollo, gaseosas, agua, carne de res, dulces, papas fritas, mandarina y sopas. Se trata de una dieta mala para un can. “Los humanos sabemos qué cosas comer y qué no, pero acostumbramos a las mascotas a llenarse de este tipo de alimentos que les llega a gustar más que el balanceado por la cantidad de azúcar y los sabores más fuertes que poseen, pero terminan por empacharse”, indica Cuenca.

No sucede lo mismo con los gatos. “Los felinos prefieren la comida balanceada porque tiene mucho más sabor y con ellos el tema no resulta tan complicado porque saben que lo suyo es este tipo de alimento”, asegura el especialista.

Sin embargo, cuando de perros se trata, los amos tienden a mimar demasiado al can, al punto de alimentarlo con lo mismo que ellos comen. Llegado el momento, el perro prefiere un caramelo a una croqueta balanceada y a la larga, esta ingesta le causará a la mascota daños en el hígado, los dientes, afectará su pelaje y lo llenará de gusanos, incluso le puede causar obesidad. “Un can obeso puede tener problemas cardiacos y no es correcto llenarlo de alimentos”, recomienda el veterinario.

Cuidados desde el inicio

Si tienes un cachorro, seguro optarás por darle leche, pero esto es incorrecto. “La grasa que posee este alimento puede ser peligrosa para el hígado, pues algunos perritos son intolerantes a la lactosa y no lo superan hasta los dos meses y medio de vida”, señala Cuenca. Para estos pequeños existen fórmulas específicas o alimentos de preinicio. Si insistes con la leche de vaca para humanos, puedes causarle diarreas. Agua, la fórmula especial y desde el primer mes el alimento balanceado para cachorros son lo aconsejable.

En caso de que tu perro ya sea grande, no creas que es un caso perdido, igual puedes acostumbrarlo a que coma alimento balanceado. “Sólo es cuestión de buscar uno que sea más saborizado e ir quitando la mala dieta de a poco”, sostiene Cuenca.

Recuerda, el mañudo no es tu perro, y si ya no quiere comer es porque está empachado de tanta azúcar y grasas o es demasiado mimado. Cuídalo mejor brindándole alimento adecuado y bastante agua.

Coincidencia

Agustín es un chapi que tiene siete años de vida. “Le pusimos ese nombre porque nació el mes de agosto”, cuenta su pequeña dueña y compañera de aventuras, Fabiana.

Anécdota

“Es un chismoso: ladra cuando el otro perro, Silfo, se lleva algo para jugar. Eso sí, es muy tierno y buen compañero, sobre todo para mi abuelita Julia, a quien sigue a todo lado”.

Comida

“Agustín tiene gustos simples: come muchas croquetas y arrasa con la comida balanceada. También disfruta de la sopita con arrocillo que le prepara nuestra adorada abuelita

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