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jueves, 20 de septiembre de 2012

El Kiwi, ave singular

Por lo general las aves llaman la atención de quienes las prefieren por sus formas singulares, bellos colores o por su canto, sea libres en la naturaleza, en jaulas en zoológicos o en su propia casa, en la plástica o en la filatelia. Pero hay honrosas excepciones y ese es el caso del Kiwi de Nueva Zelanda. Esta ave, nombrada también Apteryx, es de cuerpo redondo, sin alas ni cola visible, fuertes patas y un pico largo y curvo. Es del tamaño de una gallina; no puede volar, pero sus poderosas patas le permiten correr a gran velocidad. Sus tres dedos anteriores le posibilitan escarbar en busca de alimento y defenderse. Una singularidad suya es que los orificios nasales están al final del pico, pues los necesita para oler la tierra en busca de gusanos para alimentarse, mediante su alto sentido del olfato. Cuando descansa, extiende su pico sobre el terreno y parece que descansa sobre este el cuerpo. El nombre de Kiwi lo recibió de los Maoríes, debido al sonido que produce, similar al de un niño cuando silba con los dedos en la boca. El macho es menor que la hembra, la que pone un solo huevo grande, de aproximadamente cinco por tres pulgadas, en una depresión tipo túnel, que el macho prepara en el terreno. Habitante del campo, el Kiwi se mueve en grupos pequeños; su plumaje es carmelita o grisoso y las rudimentarias alas y cola no se muestran a través de las plumas, de ahí que se diga normalmente que no las posee. Se considera a esta ave una diminuta superviviente de una antigua familia de aves llamada Moa, salvo que ésta llegaba a tener hasta once pies de altura, a diferencia del Kiwi. Este se ha convertido en uno de los símbolos de Nueva Zelanda. Desafortunadamente, el Kiwi no es de las aves que la filatelia universal ha perpetuado en grandes cantidades, concentrándose solamente en emisiones de Nueva Zelanda y de otros países que se relacionen con acontecimientos (exposiciones, ferias) realizados en ese país. En ocasión de la Exposición Filatélica Mundial de 1990, realizada en Nueva Zelanda, Cuba hizo una emisión de seis sellos con aves diversas y la hoja filatélica que la acompañaba presenta a un bello Kiwi en su medio natural. No obstante lo anterior, una colección filatélica de aves del mundo no podrá estar completa sin incluir a esta singular representante de Nueva Zelanda. (*) Mérito Filatélico de la Federación Filatélica Cubana y colaborador de Prensa Latina.

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