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lunes, 14 de octubre de 2013

A los perezosos se los llama jardineros del medioambiente

Considerado el jardinero de su hábitat, porque una vez a la semana baja para orinar y defecar al pie de su árbol preferido para devolver los nutrientes que tomó, el oso perezoso de tres dedos (Bradypus variegatus), conocido regionalmente como perico, es una especie de la campiña de Santa Cruz de la Sierra, así como de selvas y también de bosques secos.
La especie está en su mes aniversario a escala internacional, pues el 22 de octubre es su día, por lo que el zoológico de la ciudad prepara un circuito de aprendizaje para los estudiantes y visitantes.

El perico es el mamífero más lento del reino animal, pues se mueve a 2 kilómetros por hora. El pelaje es de color café y los machos tienen una glándula en la espalda con cuyo olor marcan los árboles de su territorio.
Los machos son solitarios, mientras que las hembras andan en grupo, las cuales solo paren una cría cada año, cuya gestación es de seis meses. Los cachorros van colgados del cuerpo de la madre durante los ocho meses de su crecimiento.

En el zoológico
La bióloga del zoo cruceño, Vanesa Bejarano, indicó que cuentan con 15 ejemplares adultos, de los cuales tres hembras están preñadas y en cualquier momento les tocará parir.
Debido a su lento desplazamiento, permanentemente viven en un árbol, preferentemente ambaibo o tajibo, de los cuales se alimentan de los cogollos o de los retoños de hojas y de los tallos tiernos.
Según la experta, solo el 4% de los perezosos avanza más de un árbol por día y para evitar a sus depredadores en la selva permanece en las copas.
“En el zoológico se hace un censo de los pericos para controlar su salud, pues se le hacen tomas de sangre y se les revisa la piel para ver qué vitaminas necesitan”, indicó.

Peligros
Cerca de la ciudad el perico habita en el bosque del cordón ecológico del río Piraí, así como en las manchas de árboles de ambaibo y tajibo. Cuando se talan estas especies vegetales los animales se arrastran buscando otros refugios, por lo que la gente los encuentra en las calles, donde se exponen a ser arrollados por los motorizados.
Los peligros de muerte del perico son el frío en invierno, el tipo de caída de los árboles y la mala manipulación de los humanos, pues le provoca estrés y depresión hasta el punto de dejar de comer, y en la ciudad pueder ser atropellado en las vías o electrocutado en cables de energía

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