Buscar

martes, 22 de octubre de 2013

El cóndor regresa a los andes

Una cruzada internacional. En Paccarectambo, Cusco, lugar de donde nacieron los hermanos Ayar para fundar el Tawantinsuyo, desde el 2006 se promueve la crianza del Cóndor, como una alternativa para repoblar los Andes con esta especie tan valiosa en el desarrollo de la agricultura y la vida de las comunidades campesinas. Esta iniciativa, que se inició con la Cooperación de Italia, prosigue en la región de Apurímac y en el Cañón del Colca, en Arequipa, con escasos recursos de la Universidad San Antonio del Cusco. Si no se fortalece la presencia del Estado Peruano, es inminente que no prosiga este proyecto que tanta expectativa internacional produjo su lanzamiento.

Otra es la suerte de una experiencia similar en Argentina, país que promueve el Programa El Retorno del Cóndor al Mar. La Agencia France Press da cuenta, el domingo 22 de septiembre del 2013, que después de un año de cuidados intensivos, Killa Tutijak (Eclipse de Luna), Pichi Malen (Cóndor), quedaron listos para dejar el zoológico de Buenos Aires y volver a su antiguo hábitat. En total, son 40 los cóndores liberados en la Costa del Atlántico.

Estos tres cóndores mapuches fueron despedidos en una atractiva ceremonia, en la cual fueron liberados en la provincia de Río Negro, en la parte sur del país, con destino a la Patagonia. El seguimiento se realiza por un sistema satelital, que ha permitido conocer que los cóndores pueden recorrer distancias mayores de 600 kms.

El Zoológico de San Diego, desde la década de 1980 trabaja en el salvataje del cóndor de California (Gymno-gys californianus) cuando sólo quedaban 27 ejemplares de esta especie.

Tras una serie de estudios y pruebas en cautiverio, se logró recuperar su población, que para 2003 alcanzaba los 200 ejemplares. Fue tal el éxito de la experiencia que Argentina, desde 1991, ha sido tomada como base para la conservación del cóndor andino.

AVE MÍTICA DE AMÉRICA

El Cóndor, ave mítica y legendaria de los pueblos latinoamericanos, retornó a los andes, empezando por el Valle Urubamba donde en los tiempos del Incanato, fue reconocido como el Dios la Montaña. Los peligros de su extinción comienzan a superarse, gracias a un programa de redoblamiento en el cual participan diversas instituciones científicas y los propios gobiernos de Italia, Austria y Perú. Se ha iniciado una fase importante en la ciencia para la conservación de un ave símbolo de América Latina.

Austria, a través del Centro de Biología de Viena y el Instituto Konrad Lorenz (nombre del Premio Nóbel 1973, conocido como el padre de la etología moderna, ciencia que estudia el comportamiento de los animales), viene auspiciando diversas investigaciones para proteger los halcones, águilas, grullas siberianas y cóndores, entre otras especies.

Hace 18 años una pareja de cóndores fue llevada de Sudamérica a Viena. El macho, procedente de Machu Picchu, y la hembra del altiplano boliviano.

En la capital austriaca la pareja vive en cautiverio, conservando su capacidad re-productiva. Los cóndores son longevos, con un promedio de 70 años, con 50 de fertilidad, pero sólo produciendo entre uno a dos huevos por cada par de años.

El retorno de la simiente. La Expedición Wings of Condor es responsabilidad de Metamorfosis, un equipo de expertos, liderado por Angelo D’Arrigo, un apasionado profesor de ciencias y del arte del volar. D´Arrigo, cuya trágica muerte se produjo el 26 de marzo del año pasado, creó en el Cusco el primer programa de repoblamiento de cóndores en el Perú. Inca y Maya, la pareja de cóndores nacidos en Europa, gozan de buena salud y son parte esencial del proyecto de protección y conservación de esta especie amenazada.

El eje principal del proyecto es el Valle del Urubamba, con el apoyo de la Funda-ción D´Arrigo, la Asociación Kallpa y la Uni-versidad cusqueña San Antonio de Abad. Con la muerte de D´Arrigo no se ha inte-rrumpido el soñado proyecto. Laura Mancuso, viuda del D‘Arrigo en coordinación con un equipo técnico de la Universidad San Antonio de Abad, dirigido por Miguel Ayala Calderón, han sido los principales promotores para que Inca y Maya, con la participación de la National Geografic, llegaran al Cusco, cinco meses después de la desaparición del padre del proyecto.

El ingreso al Perú de Inca y Maya fue una odisea. El proceso de internamiento tuvo dificultades con la administración pública. El Servicio Nacional de Sanidad Animal, en el proceso de la cuarentena, tuvo dificultades técnicas, inclusive para extraer sangre a esas a-ves, perjudicando la realización de los vuelos de práctica de los cóndores. Senasa ahora es un aliado del proyecto.

El primer vuelo de liberación de Inca y Maya, en el distrito cusqueño de Maras, fue un acontecimiento internacional para admirar a las aves y el parapente diseñado por D‘Arrigo, que simula las alas de un cóndor andino. La National Geographic y Cambio16 registraron las escenas.

El propósito del proyecto es educar a la población estudiantil y el entorno sobre el cuidado de los cóndores para su inserción a la vida natural.

En una siguiente etapa, mostrar a los turistas las aves en vuelo, construir un observatorio especial y un Centro de Reproducción de Cóndores.

El proyecto Inca y Maya ha logrado sen-sibilizar a la población del Cusco y otras re-giones. Se han realizado decenas de vue-los controlados en las alturas del Sagrado de los Incas, causando la admiración de la ciudadanía, ambientalistas y científicos.

Este proyecto fue presentado a la Unesco por Angelo D‘Arrigo, lo que posibilitó su exportación al Perú y su expectante desarrollo, siguiendo antecedentes de los científicos Noel Snayder en la recuperación del cóndor californiano y Mike Weallace con los cóndores en el desierto peruano de Sechura.

La crianza de cóndores en semi cauti-verio se está convirtiendo en una nueva alternativa de recuperar la especie y su articulación a las actividades económicas, como instrumento en beneficio de las co-munidades campesinas.

La Asociación Kallpa con-sidera que el Congreso de-be declarar intangibles las zonas de vida de los cón-dores a fin de garantizar la protección natural con la ayuda activa de los munici-pios locales.

MÁS CONOCIMIENTO

Según la observan los zootecnistas cusqueños, los cóndores toman baños cada 5 a 6 días, como un hábito. Les gusta bañarse en cochas, en espejos de agua retenidos y no en aguas corrientes. Los cón-dores diferencian los colo-res. Por lo general el rojo es el más impactante. En el caso de Maya e Inca, ellos, después del ejercicio de vuelo, regre-san donde está la bandera roja y no a la negra y blanca que están cerca. El control de sus vuelos de práctica de Maya e Inca se facilitará con el uso del Micro Chip y ras-treador, que aún la Universidad cusqueña no cuenta.

Estas aves tienen un olfato fino, respecto a la existencia de carroña. Inicialmente In-ca y Maya comieron carne normal, luego carroña andina suave, como menudencias de cuyes, patos, gallinas, palomas y perdi-ces, fetos de caballos, de perros. Paralela-mente han aprendido a consumir agua en lavadores, simulando que son fuentes na-turales.

LA VIDA DE D’ARRIGO

El piloto de ala delta y ornitólogo italiano Angelo D'Arrigo, conocido como el “hom-bre cóndor”, murió el 28 de marzo del 2006 en Sicilia al estrellarse su avión. D'Arrigo, de 45 años, participaba en una exhibición de vuelo y se estrelló junto con el piloto Giulio De Marchis a bordo de un avión ultraligero Sky Arrow de dos plazas en las cercanías del pueblo de Cosimo, en el sur de Sicilia, en un olivar.

Darrigo voló con una bandada de grullas salvajes del Círculo Polar al Mar Caspio sobrevolando Siberia. Logró sobrevolar el Everest, el pico más alto del mundo, a una altura de 9.000 metros y con 50 grados bajo cero. Planeó sobre el Aconcagua y batió su propio récord mundial de altura, alcanzando los 9.100 metros. Su próximo proyecto era volar en la Antártida, sobre el monte Vinson. Para ello estaba trabajando en la construcción de un ala tecnológica que le permitiera atravesar esa zona fría con ayuda de la energía solar.

En los últimos años D'Arrigo se dedicó a estudiar al cóndor, cuyo hábitat natural es el Aconcagua, en la región andina de Sud-américa, hasta que completó exitosamente su misión sobre esa cumbre, a comienzos del 2006.

Según sus propias palabras, perseguía objetivos “naturalistas y científicos”, con la reintroducción del cóndor en la naturaleza, ya que como último paso de este proyecto liberó tres cóndores que se estaban crian-do en Italia.

“El sueño de la humanidad fue siempre volar con grandes alas. Yo ahora lo realicé y se lo dedico a los pioneros de la aviación, al experto Leonardo Da Vinci y a los her-manos Wright, que fueron los primeros en volar”, subrayó.

Peligro de extinción

Publicaciones peruanas y de otros paí-ses sudamericanos dan cuenta que el Cóndor Peruano está al borde de la extin-ción. La protección estatal brilla por su ausencia, señaló la revista digital La Mula, el 2 de febrero del 2012.

“La desidia y el desinterés absoluto del Estado Peruano persiste por estas majes-tuosas aves carroñeras, cuya desaparición de estos grandes vertebrados constituyen parte sustantiva de su fuente de cadáve-res, como los camélidos, tapires, cérvidos, osos.

En otros tiempos, los guardianes de las islas guaneras pensaban que los cóndores se comerían a los pichones y sus huevos. Por eso los mataban de manera constante, hasta casi terminar con ellos. Las festividades indígenas y creencias de los curanderos provocan efectos negativos a la pobla-ción de los cóndores.

La población estimada de cóndores en el Perú es de sólo 500 ejemplares, de acuerdo a la información en un encuentro regional que abordó la crítica situación que atraviesa esta majestuosa ave. La exigua población se concentra entre Cusco y Apurimac.

En general muestran curiosidad y mansedumbre ante la presencia humana, posi-blemente como respuesta a la no agresión, comportamiento al parecer natural según lo observado en cóndores silvestres en el volcán Chiles.

El cóndor andino está incluido dentro del grupo de las especies de aves que se caracterizan por su gran tamaño corporal, madurez sexual tardía, reproducción esporádica en el sentido de condiciones del medio favorables en clima y oferta de alimento para la cría de polluelos, nidadas pequeñas, cuidado parental prolongado y una alta tasa de sobrevivencia de los adultos en el medio natural (Pianka 1970; Ricklefs, 1973).

La madurez sexual ocurre entre los 8 y 9 años. Se sabe que son monógamos, lo que quiere decir que forman parejas de por vida.

ARGENPRESS.info

No hay comentarios:

Publicar un comentario