Los zoólogos de Taiwán con el apoyo de sus pares de Estados Unidos, vienen buscando desde 2001, algún rastro de estos leopardos, y han instalado más de 1.500 cámaras infrarrojas y trampas de olor, en las montañas de Taiwán pero sin resultado positivo alguno.
“Hay pocas posibilidades que el leopardo nublado todavía exista en Taiwán. A lo sumo puede haber alguno, pero no los suficientes para continuar la especie”, dijo el zoólogo Chian Po-jen a la Agencia Central de Noticias de Taiwán.
El gran drama de los zoólogos es que la subespecie, solamente presenta dos leopardos nublados vivos en el zoológico de Taipei, pero son una subespecie importada del sudeste asiático.
El único que es posible ver actualmente, es un espécimen disecado en el Museo Nacional de Taiwán.
La gama de leopardos nublados (Neofelis nebulosa), que vivía desde las colinas de la precordillera del Himalaya hasta el sudeste de China, eran conocidos por las manchas de su piel que se asemejaban a nubes y presentaban los colmillos más grandes de todos los felinos.
De acuerdo a los científicos la extinción se debió mayormente por la pérdida de su hábitat en Taiwán a causa de la deforestación a gran escala, y la caza furtiva para el comercio de la vida silvestre; donde se obtenía la piel y los huesos, fueron las causas principales que motivaron la extinción.
Los parientes más cercanos: el leopardo nublado de Sunda (Neofelis diardi), que viven en las islas que incluyen a Borneo, Sumatra y Bali, podrían tener mayores posibilidades de supervivencia en el corto plazo, creen los investigadores.
Existe una esperanza en el Campo Girang Danau, un santuario de vida silvestre ubicado en Malasia, donde existe un leopardo nublado llamado Jack, quien lleva collar de identificación. El reporte indica que el animal está en muy buen estado.
Y que tal vez este ejemplar pueda ser empleado para preservar la especie.
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