Su existencia es, para quienes viven ahí, un sueño que al despertar existe. Es una mancha de selva latente rodeada por tierra en la que se siembra, tala y quema. Es el refugio de más de 70 animales de 20 especies, con historias rodeadas por lo peor y lo mejor del ser humano, es un centro de custodia nacido con el fin de rescatar a la fauna silvestre, una idea quijotesca que se construye todos los días. Es el parque Ambue Ari.
Ambue Ari significa "nuevo día” en guarayo, según explica el personal, y es un parque que pertenece a la Comunidad Inti Wara Yassi (CIWY) que cuenta con 800 hectáreas y está ubicada entre Ascensión de Guarayos y Trinidad, en el departamento de Santa Cruz .
Funciona desde 2002 como centro de custodia de la fauna silvestre y desde agosto de 2014, mediante resolución administrativa, el Viceministerio de Medio Ambiente y Biodiversidad reconoce y autoriza su funcionamiento como tal.
"De los animales que cuidamos, hay muchos más que liberamos como los ‘jochis’ que hoy viven dentro del parque. El inicio de CIWY se remonta a 1992 cuando junto a varios niños de El Alto comenzamos las brigadas de Defensa del Medio Ambiente”, manifiesta la presidenta de CIWY, Tania Nena Baltazar.
Nena, representante legal de la organización, junto a Juan Carlos Antezana y otras personas más, marcaron los inicios de CIWY.
La tierra en donde se estableció el parque y donde conviven aves, felinos, reptiles, monos, entre otros se compró gracias a la organización británica Quest Overseas, que planifica viajes internacionales para estudiantes británicos durante su año sabático.
Hoy el parque se mantiene gracias a donaciones y a la organización Friends of Inti Wara Yassi (FIWY), amigos de Inti Wara Yassi. Los animales que llegan al parque son rescatados en diferentes puntos del país por sus miembros o las autoridades municipales y gubernamentales correspondientes.
Rugidos en la selva
La jornada comienza a las 6:00, el día está nublado. Después de tomar el desayuno los voluntarios y el personal del centro prepara los alimentos para los animales.
Luego de caminar por alrededor de 25 minutos desde el campamento se llega al recinto de Rupi, espacio que tiene una extensión de alrededor de 200 metros cuadrados. De pronto y sin ningún reparo el gran felino pega el cuello a la valla para que Nena lo acaricie. Ella lo hace y le dice : "Hola, guapo”. Se conocen desde que él era pequeño, cuando fue rescatado.
Muy lejos, en otro recinto vive el puma llamado Popular. Es exuberante. No se siente cómodo con personas a su alrededor, aún conserva traumas de su vida en un circo. En la comunidad sólo uno o dos voluntarios están cerca de cada felino.
Popular fue rescatado de un circo en Ivirgarzama, en el Chapare, hace ocho años y se estima que tiene entre 12 y 15 años.
Vivía en una jaula muy pequeña, su pelaje estaba opaco y tenía hongos. Los voluntarios se arriesgaron a ser agredidos físicamente para rescatarlo. Uno de ellos era conocido como Popular, así que bautizaron al puma con ese apodo. "Es muy sensible y suceptible por el pasado que ha tenido. Si hay algo que no le gusta encuentra la manera de comunicarlo”, dice la voluntaria a cargo de Popular, Angela Nanni que lo acompaña, juega con él desde el otro lado de la valla y mantiene su recinto limpio.
Aullando en las alturas
Antes de empezar a trabajar con un animal, el voluntario estudia la información pertinente y aprende los protocolos de seguridad.
El personal suma 15 personas. El número necesario de voluntarios es de 50, pero no siempre se cuenta con esta cantidad de personas.
Muy lejos de los felinos, en la parte alta de los árboles, se encuentran varias voluntarias junto a pequeños monos aulladores. Pasan con ellos gran parte del día.
En las copas de los árboles los pequeños aprenden las destrezas junto a humanos que les enseñan cosas que su madre debería. Son curiosos, a veces nerviosos, pero absolutamente adorables.
Cuando los animales llegan al parque son remitidos al área de cuarentena, se les practica una serie de análisis para determinar su estado de salud. "Por los general, el aislamiento dura de uno a tres meses, dependiendo de la especie porque muchas veces muestran síntomas de la enfermedad después”, dice la veterinaria Susana Osorio.
Un detalle muy particular es que en el centro se utiliza también medicina homeopática porque muchos animales no responden al tratamiento estándar.
Los días transcurren en copas de árboles, en recintos enormes protegidos por la naturaleza, en caminatas inacabables. Ahí la naturaleza es la protagonista, el refugio que reconecta a los animales con algo de lo perdido, dejando atrás años de abandono o maltrato. En Ambue Ari cada día es un "nuevo día para la fauna silvestre.
Más sobre la comunidad
La organización La Comunidad Inti Wara Yassi (CIWY) es una organización boliviana legalmente establecida, conformada por profesionales y voluntarios bolivianos y de diferentes partes del mundo.
Los centros Actualmente CIWY trabaja con tres centros de custodia: Machía (Cochabamba), Ambue Ari (Santa Cruz) y Jacj Cuisi (norte de la Paz).
En la web CIWY está presente en las redes sociales, su página web es www.intiwarayassi.org en ella se encuentra información de la organización y las formas de apoyar la causa como el voluntariado, la compra de souvenirs, entre otros.