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lunes, 27 de octubre de 2014

En Alemania prueban utilidad de llevar los perros a la oficina

Cada vez más trabajadores alemanes se muestran a favor de la presencia de perros en la oficina para reducir el estrés, al tiempo que aumenta también la disposición entre los empleadores a aceptar a estos animales de compañía en el lugar de trabajo, en vista de los beneficios que aportan.

Esta es la principal conclusión del primer estudio representativo sobre el tema Perros en el trabajo, realizado por el portal demoscópico Statista, como destacó en declaraciones a EFE el presidente de la asociación Perro de oficina, Markus Beyer.

Según la encuesta, encargada por la red para profesionales Xing, el 53% de los empleadores no rechaza explícitamente un animal doméstico en la oficina, mientras el 28% de los empleados considera que las mascotas deberían ser permitidas en el lugar de trabajo.

Además, más de un tercio de los 1.004 encuestados consideran que los jefes ganan en atractivo al permitir la presencia de perros en la oficina, mientras que 4 de cada 10 empleados están convencidos de que tener al mejor amigo del hombre en el lugar de trabajo reduce el estrés y tiene efectos relajantes.

Beneficios
Un perro en la oficina, algo que ya permiten diversas empresas alemanas, no tiene solo efectos beneficiosos sobre el dueño del can, sino también sobre el resto de compañeros de trabajo, que se animan a acariciar al animal y contribuyen a generar un clima de ‘buen humor’, recalca Beyer.

“A mayor estrés continuado, mayor posibilidad de padecer ‘burnout'. Un perro, en este caso, realmente puede ser de gran ayuda", asegura este entrenador profesional de perros al referirse al Síndrome de Desgaste Profesional (SDP).

Según Beyer, “las personas liberan oxitocina -la llamada también hormona del amor u hormona de la unión- cuando están en contacto con un perro, y viceversa".

Estudios científicos, asegura, han demostrado que un perro en el trabajo contribuye significativamente a reducir los niveles de estrés entre los empleados al favorecer la liberación de oxitocina, que reduce la excesiva producción de las hormonas del estrés, cortisol e insulina.

“Cuando alguien acaricia a mi perro Chester por la calle, me digo a mí mismo que se acaban de llevar su dosis diaria de oxitocina", afirma al hablar de su animal de compañía, que ostenta el cargo de “encargado de asuntos perrunos" en la asociación que preside

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