La esterilización es una de las opciones que has pensado para evitar que tu mimada tenga crías, pero aún no te has decidido y de pronto le llega el celo. ¿Qué hacer? Pues muchos recurren a los inyectables, una dosis de hormonas sintéticas que puede ser un “salvavidas” de emergencia.
Pero... ¡Ojo! no es una solución permanente y su uso continuo puede causar problemas bastante serios, costosos y más dramáticos que los que ocasionan una hembra preñada o las complicaciones de una cirugía esterilizadora.
“Estas inyecciones son medicamentos de emergencia que deben ser usados esporádicamente y máximo, máximo tres veces. Con una dosis mayor se corre el riesgo de que aparezcan tumores (malignos) en las mamas y en el útero”, advierte el veterinario Sergio Cuenca.
“Es solo una medida de emergencia, no un tratamiento”, reafirma su colega Ximena Córdoba.
Las ampolletas contienen hormonas que evitan el celo, pero el incremento de éstas en el cuerpo del animal puede causar, además de tumores malignos, diversas dolencias.
Los inyectables son solo recomendables en situaciones especiales: por ejemplo cuando no se pudo esterilizar al animal, ya que se lo llevó al veterinario poco antes del celo, o porque al tener sobrepeso, la hembra no estaba lista para la cirugía. “Es una forma de ganar tiempo mientras logramos que el paciente esté en forma para la operación”, añade Cuenca.
Eso sí, su administración debe ser autorizada y aplicada, y por el veterinario; de cualquier manera, los expertos coinciden en que la mejor opción para que tu mimada no se preñe sigue siendo una cirugía para extirpar los ovarios a tiempo.
Fuente: Ximena Córdoba y Sergio Cuenca, veterinarios.
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