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jueves, 29 de mayo de 2014

El cóndor es capaz de surcar los cielos como dueño y señor

El cóndor es una de las aves más grandes que en el altiplano se encuentra como amo y señor al demostrar las grandes proezas que realiza durante su vuelo. Este hermoso ejemplar que sus plumas de color café pasan a negras, es una especie que puede ser apreciada en el Zoológico Andino Municipal.

Actualmente son 18 cóndores entre machos y hembras que se encuentran en la jaula más grande del zoológico según el veterinario Teddy Fernández Rengel. Son parte del grupo los polluelos de cuatro años y uno que nació en cautiverio.

A estas aves las alimentan con carne camélida que es proporcionada por proveedores que trasladan este alimento desde el municipio de Turco.

La primera característica de esta especie, es que es una de las aves voladoras más grandes a nivel mundial y la diferencia entre hembra y macho es la cresta que tiene el macho, además que, hasta los tres a cuatro años, los cóndores tienen sus plumas de color café, continúan siendo polluelos, hasta cambiar sus plumas a color negro y su cuello se convierte en una especie de collar blanco como un peluche.

Su jaula en el zoo, tiene aproximadamente 15 metros de ancho y 20 metros de alto, para que puedan volar y demostrar sus destrezas en las alturas dentro la jaula que al parecer es la más grande de todos los zoológicos a nivel nacional pues en ella se construyó una especie de montaña.

Los cóndores del zoológico están aclimatados en Oruro, motivo por el que incluso pudieron reproducirse en cautiverio. Para cuidar la salud de las aves durante el invierno se incrementa su alimentación para que no tengan problemas broncopulmonares, por lo que se les brinda la carne con ajo que es un desparasitante y antibiótico natural además de raciones de pollo e hígado que ayudan a fortificar su organismo.

Los cóndores son buitres; por eso sus certeros ojos siempre están atentos en busca de carroña, que compone la mayor parte de su dieta, prefieren alimentarse de animales grandes, ya sean salvajes o domésticos, y al consumir sus restos realizan una importante labor como barrenderos de la naturaleza.

Estas aves carecen de las afiladas garras de los depredadores, pero pueden asaltar nidos en busca de huevos o incluso polluelos para sobrevivir al aire libre.

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