Para avanzar en el suelo, efectúa una sucesión de saltitos con sus patitas juntas. Tiene un pico corto pero fuerte, que le permite comer de todo, desde semillas, larvas de insectos, plantitas tiernas, brotes, frutos, migas de pan y restos de comida de todas clases (omnívoro). Por eso permanece siempre cerca de las viviendas. Es resistente al frío, no necesita migrar como la mayoría de las aves.
Este pajarillo acostumbra frecuentar parques, plazas, jardines y sitios concurridos porque allí encuentra alimento que los niños dejan caer al suelo. Le gusta la libertad y jamás acepta el cautiverio, se deja morir si se lo encierra en una jaula. Otra de sus costumbres es que siempre anda en pareja jugueteando en los tejados.
La pareja cuando decide hacer nido ambos trabajan para hacerlo, el nido consiste en una acumulación de pajitas, pelos, lanas, hilos y plumas. Lo construye en lugares diversos, pero siempre bien protegido y abrigado entre el ramaje con follaje tupido. La hembra pone dos huevos y algunas veces tres, con manchas verdosos o azulados.
Cuando nacen los polluelos, los padres se esmeran en alimentarlos y cuidarlos de todo peligro y no dudan incluso en atacar a los gatos sus enemigos más comunes en la ciudades y en el campo son víctimas de los halconcillos.
Según observaciones este pajarillo puede vivir de cinco a diez años. Cada amanecer emite un agradable trinar, como queriendo decir, hay que levantarse de la cama para emprender las tareas cotidianas. A pesar de ser una compañía agradable es muy tímida y emprende vuelo a la menor señal de peligro.
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