Anteriormente se creía que las patas de las arañas estaban recubiertas de una sustancia “impermeable” al adherente de su seda, pero recientes investigaciones han echado por tierra dicha teoría.
Ha hecho falta una serie de minuciosas filmaciones microscópicas en vídeo para desvelar que las arañas emplean un peculiar tipo de “pisada” arácnida en tres fases que explica porqué pueden caminar sobre la telaraña sin quedarse presas en la misma.
En primer lugar las extremidades de las arañas están cubiertas por centenares de pelillos que tienen la función de minimizar la superficie en contacto con la telaraña. A continuación hay que tener en cuenta que las arañas mueven sus patas de un modo muy concreto que permite que al caminar se facilite un deslizamiento sobre la superficie adherente. Finalmente, y por darles al menos un tercio de razón a los antiguos teóricos sbre este particular, resulta que los pelillos de las patas de las arañas sí están cubiertos con una sustancia especial que segregan y que previene el quedarse pegado… pero claro, con un equilibrio adecuado para poder permitir a la araña trepar por una rama o una pared vertical y no resbalarse de la misma.
Ahora, una vez confirmado el funcionamiento, queda pasar a la fase de desarrollo de aplicaciones que algún día puedan ser de utilidad para el ser humano.
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