El título a la ´antibelleza´ canina queda ahora desierto. Yoda se ganó a pulso ese galardón gracias a sus cuatro mechones de pelo, una lengua colgante y sus piernas lampiñas. Por no hablar de su mirada... Yoda saltó a la fama el año pasado tras quedar la primera en el concurso internacional de perros feos, celebrado en California, según informa la BBC.
La propietaria de la perra, Terry Schumacher, reconoce que cuando la vio por primera vez pensó que era una rata. Claro que eso de ´la suerte de la fea la guapa la desea´ se hizo patente con Yoda. Así, gracias a la horrenda apariencia de la mascota, su dueña se embolsó 1.000 dólares, la recompensa por alzarse con el título de ´Perro más feo del mundo´ el pasado mes de junio.
Como muchas estrellas en sus inicios, Yoda no tuvo una vida fácil. De pequeña la abandonaron. Seguramente algún desaprensivo la repudió porque era poco -o nada- agraciada. Schumacher la encontró en la calle y la acogió sin sospechar que se convertiría en una artista.
Tras ganar el certamen canino su vida cambio. Empezaron los bolos por las televisiones, incluido un programa de cambio de ´look´ que, por razones evidentes, no fue fácil para los productores.
Su dueña ha explicado que la perra se fue el sábado mientras dormía. Schumacher confiesa que aunque extrañará "sus divertidas costumbres", Yoda vivirá para siempre en su recuerdo. En el suyo y en el de muchos porque su aspecto era francamente inolvidable.
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