Cerca del 20 por ciento de los casos que atiende el Hospital del Niño tiene que ver con mordeduras de canes, muchas de las cuales requieren cirugía, ya que lesionan parte del rostro de los menores.
Los más pequeños, los más vulnerables. El doctor Óscar Portugal, cirujano de este nosocomio, explicó que “aproximadamente, del 30 a 40 por ciento de todos los casos que llegan al hospital son procedentes de traumatismos, de ellos, un 60 por ciento son por mordeduras de can”.
En los registros que muestra Portugal, se ven rostros de niños con diferentes tipos de heridas. Cortes múltiples hechos por los dientes del perro, partes de la mejilla rasgadas o arrancadas, así como fracciones de la nariz o párpados.
Son cortes irregulares que requieren sutura y, en muchos casos, una cirugía reconstructiva.
En general, los menores que con mayor frecuencia sufren estas lesiones tienen entre tres y seis años que, según el médico, “es la edad más vulnerable” debido a que buscan jugar con estos animales sin ningún tipo de cuidado.
La necesidad de una buena cirugía. Portugal, que trabaja en este nosocomio hace 20 años, explicó que en estos casos, el problema es resolver cómo dejar la menor secuela posible en el rostro del menor, ya que este aspecto puede ser motivo de discriminación, lo cual puede afectar la imagen de sí mismo y hasta el desarrollo de su vida.
Además, alrededor del 60 por ciento de los niños mordidos tienen lesiones en el rostro, porque, por naturaleza, el perro ataca a la cara, más aún cuando se trata de niños pequeños.
“Entonces hacemos la plastía, los cortes necesarios para sustituir el tejido. Una vez que se han hecho los diagramas y los cortes, hacemos el traslado de los tejidos, para cerrar la herida”.
Esto significa que, en algunos, parte de la piel lesionada está tan maltratada que ya no sirve, y es necesario retirarla. Muchas veces, para cubrir esta falta de tejido, se usa el que está alrededor, pero en otros casos es necesario colocar injertos, con piel extraída de la misma persona.
Los esfuerzos médicos llegan a muy buenos resultados, aunque siempre quedan algunas marcas.
Las necesidades de cuidado. Portugal comentó que, a veces, los padres tardan en llevar al niño a un centro médico. En los casos de mordeduras de can, por ejemplo, “se debe tener en cuenta que la boca del perro es sucia y que la herida podría infectarse”, además se presenta la posibilidad de que el animal tenga rabia.
Tratar una herida ya infectada es más complicado para el niño, por ello se recomienda no esperar y llevarlos de inmediato a un centro médico.
6 de cada diez casos de niños heridos por mordeduras son atendidos por lesiones en el rostro.
Las cirugías reconstruyen rostros. Son incontables los casos en que los cirujanos tuvieron que pasar horas reconstruyendo partes de caritas de niños que fueron atacados por perros. La experiencia en este tipo de cirugías permite a los médicos del Hospital del Niño realizar operaciones que dejan cicatrices mínimas.
Técnicas reconstructivas.
Por ejemplo, para cubrir un sector que quedó sin piel, los médicos recurren a llevar tejido de otra parte del cuerpo del niño. Una técnica, por ejemplo, permite sacar parte de la piel que está detrás de las orejas para completar la que falta en el rostro, con lo que se logra tener un mismo tipo de tejido, para que no se adviertan diferencias.
Un riesgo adicional es la rabia canina
CIFRAS
Se estima que el 30 por ciento de los casos de mordidas de perros deben ser tratados por rabia.
EN LA CALLE
Más del 80 por ciento de los casos de ataques caninos se da en las calles, con canes desconocidos.
ATAQUES
Cada día, se registra un promedio de 12 a 15 personas, de toda edad, mordidas por perros.
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