Un servicio de rescate de animales la encontró y pudo localizar a Kirk, gracias a un microchip instalado en la piel de la gata. “Es una gatita resistente”, declaró Kirk al periódico local Boston Globe.
La notable habilidad de los gatos para sobrevivir caídas desde grandes alturas es un asunto de física, biología evolutiva y fisiología, según dicen veterinarios y biólogos. La respuesta es que los gatos tienen áreas de superficie relativamente grandes en proporción a su peso, así que caen a una velocidad más baja de grandes alturas que mamíferos más grandes. Sus cuerpos han evolucionado para permitirles sobrevivir caídas de árboles, sus hogares naturales. Si tienen tiempo, se dan vuelta para aterrizar en sus patas. Sus piernas son largas, musculares y extendidas bajo el cuerpo, lo que les permite amortiguar la caída.
Ya que los científicos no se entusiasman con lanzar gatos de edificios para observaciones experimentales, la ciencia ha sido sistemáticamente incapaz de estudiar el porcentaje de felinos que viven después de caer y estrellarse en el piso.
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