No es que le tengan miedo al agua ni que sean
sucios; al contrario, los felinos son animales que siempre están
acicalados. “Federico se para en la lavandería y le encanta atrapar las
gotas de agua que caen del grifo, pero si lo intento bañar, salgo
seriamente dañada porque me araña, se asusta”, cuenta Martha Lipes.
Lo cierto es que un gato no es como un perro que se deja bañar, vestir y
más; con ellos se debe tener mucha más paciencia y respetar su espacio.
“Son animales muy limpios por naturaleza, siempre están aseándose, no
sólo sus genitales, sino todo su cuerpo porque son así”, explica la
veterinaria Andrea Molina.
Sólo debes observar y
verás que esta especie está hecha para mantenerse limpia gracias a su
lengua áspera: esto les permite beber agua y les ayuda en su aseo
diario. Ahora, si quieres bañarlo a toda costa está bien. Tampoco es que
vayas a cometer un crimen contra la naturaleza, pero debes estar listo
para las consecuencias.
Pedro Loma cuenta que su gata
Lupe, de dos años, lo dejó todo lastimado. “Mis brazos y mi cara
estaban arañados y en lugar de que yo esté enojado ella se molestó.
Apenas yo aparecía, Lupe se esfumaba”. Rencorosos, los gatos lo
recuerdan todo. Ahora Lupe no se pasa por el baño, aunque ya volvió a
ronronearle a Pedro.
Es normal que los mininos se
austen y como son animales extremadamente limpios, muchas personas no
sienten la necesidad de bañarlos.
Si quieres que tu
mascota disfrute de un buen baño, debes hacerlo desde que cumple dos
meses. “Primero puedes empezar con una esponjita y agua tibia, luego lo
secas muy bien y así lo vas bañando en otros lugares, como la tina o un
bañador”, recomienda la experta.
Ojo que los gatos
también necesitan de cuidados rigurosos cuando los bañas. Seca muy bien
las orejas para que no les de otitis. Si tienes un gato persa o angora,
ponle énfasis al secado y cuida que no se le enrede el pelaje. “Los
gatos criollos también deben ser bien secados y puedes ayudarte con una
toalla o una secadora que no haga mucho ruido”, explica Molina.
También optar por la espuma. Es un baño en seco, no requiere que lo
mojes para enjuagarlo y así te librarás de sus terribles garras, además
que quedará suave. “Mucha gente escoge estas espumas que se usan no sólo
en gatos, sino también en perros”, asegura Molina.
Ya sabes, si quieres bañarlos acostúmbralos desde pequeños, usa shampoo
para animales y no para personas, pues así puedes causarle irritaciones
en la piel, porque las fórmulas son muy concentradas.
Infomación: Doctora Andrea Molina de ‘Hocico Spa’.
Fuente: Doctora Andrea Molina de ‘Hocico Spa’.
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