Durante mucho tiempo se ha creído que esta habilidad era innata en estos animales, ya que no se les consideraba capaces de aprender vocalizaciones, algo que parecía exclusivo de unas pocas especies, entre las que se encuentran seres humanos, loros, aves canoras y colibríes.
Sin embargo, una nueva investigación de la Universidad de Duke dice todo lo contrario. Sus autores están convencidos de que los ratones no sólo pueden cantar, sino que aprenden nuevas melodías e imitan a otros.
Además, tienen ciertos rasgos cerebrales similares a los nuestros y a los de los pájaros cantores que pueden utilizar para cambiar sus sonidos. Así lo reflejan en la revista Plos One.
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