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domingo, 14 de octubre de 2012

Tráfico de animales silvestres, impune

La venta de animales silvestres es un negocio redondo que mueve millones de bolivianos ilícitamente. Es domingo en el mercado El Torno. Los rayos del sol empiezan a brillar en el cielo, mientras que en la avenida principal centenares de personas llegan en micros, autos, camionetas y hasta en camiones para hacer negocio. Se movilizan como hormigas de un lugar a otro para comprar o vender algo.

Llama la atención la presencia de un numeroso grupo de personas apostado entre la avenida República y la calle Juan José Torres. A simple vista pareciera una reunión de amigos, pero en realidad es una especie de "mercado negro" de compra y venta de animales domésticos y silvestres.

El Torno, La Ramada y Los Pozos, centros del comercio

Están encerrados en cartones, jaulas y bolsas. Hay de todo. Desde gallinas, patos y perros de raza hasta loros, parabas, cotorras, monos, iguanas y víboras, que se desesperan por salir del cautiverio donde tienen que permanecer hasta que aparezca un comprador. Por ejemplo, un cartón que no sobrepasa los 80 centímetros es compartido por una menuda paraba, seis cotorritas y dos tordos. Están pegados ala con ala, tienen el pico abierto, innegablemente sedientos, pero el recipiente del agua está cubierto con plumas y heces fecales. Los precios de los animales son variados y están en función de la cara y el interés que le ponga el cliente. Hay cotorras desde Bs 50 el par hasta parabas en $us 100. Pero si se le consulta al dueño de la "mercancía" dónde se puede encontrar loros o parabas adultas y en cantidad para sacar fuera del país se genera susceptibilidad. "¿Qué especie está buscando señor?", dice el sujeto y añade "le podemos conseguir". El dueño de los animales revela que tiene parabas de siete colores, pero en el Izozog y que el precio está por encima de los $us 300. Asegura que puede traer, siempre y cuando sea una gran cantidad y por una buena paga. Otra señora que se percata de la conversación también hace otra propuesta sin ningún descaro. Ella dice que sus clientes le compran animales para llevar al extranjero. En el mercado Los Pozos (en la capital cruceña), también existe una alta demanda de loros habladores y parabas, y los precios se elevan hasta alcanzar cifras de hasta 100 dólares. Lo mismo ocurre en la avenida Grigotá del mercado La Ramada, que cada domingo es abarrotada de animales. Los tres sitios de venta ilegal de animales silvestres y domésticos tienen dos cosas en común: no presentan carnet de sanidad del animal y tampoco existe control por parte de las autoridades. Este problema es de conocimiento de todos y pasa en frente de nuestros ojos que contemplan un acto ilegal, degradante hacia el respeto de la biodiversidad de nuestro país y los animales que sufren una condena perpetua sin haber cometido delito alguno.

La Gobernación solo tiene tres funcionarios para el control

El responsable del Área de Biodiversidad de la Dirección de Recursos Naturales (Direna), Francisco Aguilera, dijo que están atados de manos y pies para luchar contra el tráfico ilegal de animales en Santa Cruz. Explicó que su dirección solo cuenta con tres funcionarios de las ocho que tenían para el monitoreo, control y fiscalización en todo el departamento. Para Aguilera, este problema pasa principalmente por falta de recursos económicos y cita como ejemplo que tenían Bs 7 millones para su presupuesto, pero solo le han desembolsado Bs 250 mil en dos partidas, lo cual es insuficiente para contratar consultores y hacer trabajos de campo. Ante la falta de recursos humanos y económicos, han optado por hacer promoción en educación ambiental en los diferentes medios de comunicación. Entre tanto, ¿qué pasa con la venta ilegal de animales silvestres en los mercados? El funcionario de la Gobernación cree que la venta es irrisoria y apunta a que el problema central está en las 300 mil hectáreas que se chaquean cada año en el departamento.

Ahí, según él, se produce la peor destrucción de la biodiversidad y que en su mayoría de los animales salen a los pueblos y son capturados por las personas que se dedican a su venta para su supervivencia. "Estamos de manos amarradas, queremos ayudar y hacer las cosas bien, pero no nos dejan. La verdad es que nos faltan recursos económicos y humanos, por eso es que estamos en condiciones para hacer un trabajo efectivo", confiesa el responsable de Direna.

El 'Zoo' no tiene espacio para recibir animales decomisados. Habitualmente los animales que son decomisados en operativos son trasladados al Zoológico Municipal de Santa Cruz; sin embargo, el director de ese centro, Mario Escalante, aclara que el "Zoo" no es un refugio, sino un lugar colección y exhibición de animales silvestres. Al no existir en el país centros de rehabilitación y rescate de animales, han tenido la obligación de recibirlos para trasladarlos a otros centros o reinsertarlos en la sociedad porque ellos no tienen la capacidad para recibir más animales silvestres.

En 5 años se traficó más de 6 mil animales, según Armonía. Durante el período de cinco años de monitoreo, realizado por la fundación Armonía, se registró un total de 60.744 individuos que corresponden a 119 especies.

Del total, 1.047 son mamíferos, 3.770 reptiles y 55.927 aves, de este total de aves 45.400 son loros. Los datos quedan cortos a veces cuando existe una gran cantidad de animales de toda especie que son comercializados ilegalmente en las fronteras de los bosques y áreas protegidas donde no hay presencia del Estado.

Mamíferos, reptiles y aves en la vitrina de los mercaderes. A juzgar por el estudio de Armonía, la especie más comercializada fue el mono amarillo (Sciurus boliviensis) con 604 individuos, seguida de 100 urinas (Mazama gouauzoubira) y el mono nocturno (Aoutus sp) con 92 individuos.

En su mayoría, los mamíferos son comercializados en bebés o mansos, ya criados a mano, aunque los monos adultos de chichilo también son ofertados para mascotas.

Solo los tatú en forma adulta fueron comercializados muertos, para uso de su carne. Estos resultados son un reflejo de la realidad cuando se observa especialmente a los monos en los diferentes mercados de la capital cruceña.

También se registró un total de 3.770 individuos, donde la especie más comercializada fue la peta de agua (Podocnemis sp.) con 3.430 individuos, seguida de 219 iguanas (Iguana iguana) y la peta de tierra (Geochelone carbonaria) con 55 individuos.

Tres especies de tortugas fueron registradas: G. carbonaria, denticulata y chilensis, así como tres ofidios, dos pertenecientes a los boidos, como la Eunectes notaeus y Boa contrictor y la cascabel chonono.

La mayoría de los reptiles se comercializa desde muy pequeños, aunque las boas pueden ser comercializadas de mayor tamaño. Asimismo, se registró un total de 55.927 individuos, distribuidos en 80 especies, donde la familia más abundante fue la Psittacidae con 45.400 ejemplares distribuidos en 39 especies.

Las especies más comercializadas fueron la lorita pecho plomo (Myiopsitta monachus) con 10.349 individuos, la lorita catalina (Brotogeris chiriri) con 12.307, el loro galano (Amazona aestiva) con 6.932, seguido de la cotorrita (Forpus xanthopterygius) con 6.789.

Con relación a los no Psittacidos, fueron registrados 40 especies, siendo las más comercializadas: el cardenal (Paroaria coronata) con 2.402, el piyo (Rhea americana) con 2.566 y el tordo (Gnorimopsar chopi) con 2.106.

Animales sobreviven en cautiverio

Aves. Las especies más comercializadas son la lorita pecho plomo y el tordo, por lo que son las de mayor demanda en el mercado negro de Santa Cruz. Sus precios, según el lugar, fluctúan entre 50 y 200 bolivianos por el par de animalitos. Los venden cuando están pichones, muchas veces desnutridos y enfermos, sin ningún tipo de trato. Los sacan a las calles en cartones, jaulas y hasta en bolsas.

Mamíferos. Las especies más comercializadas en los mercados de Santa Cruz son el mono amarillo y el mono nocturno. La mayoría ellos son vendidos de bebés o mansos ya criados a mano, aunque los monos adultos de chichilo también son ofertados para mascotas. Sus precios van desde los 100 hasta 300 bolivianos, según el tamaño del animal y la cara del cliente.

Reptiles.
Las petas de agua y de tierra son otras de las especies más comercializadas en los mercados, así como también la iguana. Son animales muy cotizados, especialmente en el mercado de El Torno. Sus precios son elevados, en el caso de las petas de agua y de tierra sobrepasaron los Bs 250, mientras que las iguanas están entre 100 y 150 bolivianos.

Perezoso. Este animal es como el gitano, porque deambula por diferentes sitios de ciudad. Están en las plazas, calles y avenidas de la ciudad. Mucha gente los agarra y los vende a precios muy asequibles. Por ejemplo, suelen comercializarlos en Bs 100 en el mercado. Cada año más de 70 perezosos son recibidos en el Zoológico Municipal.

De tres viviendas, dos tienen animales como mascotas

Una investigación realizada por la fundación revela que en dos de tres viviendas de la ciudad hay un animal como mascota. Daniela Vidal, coordinadora de la fundación Ser Fauna, explicó que tomaron como muestra el manzano de un barrio para hacer la investigación y el resultado fue contundente. Se encuentran de dos hasta tres viviendas con animales silvestres. Del total, dos están en malas condiciones. Los animales más comunes son las aves, como ser loros y cotorras. También se encuentran monos: capuchinos y ardillas y en una minoría significativa tienen reptiles, como boas. Daniela Vidal sostiene que con el estudio se detectó también que la sociedad no conoce el grado de peligro por el que corren los animales y las personas que los tienen custodiados. "Hay mascotismo incontrolado", explicó.







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